La transmisión del coronavirus dentro de los hogares es el doble de lo que pensaba, se produce rápidamente y puede provenir tanto de niños como de adultos. El autoaislamiento en el hogar, la autocuarentena adecuada de los contactos del hogar y el uso de máscara en los espacios compartidos son vitales para reducir su transmisión. Un estudio publicado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU así lo determina.
El estudio analiza 101 casos de residentes en Tennessee, y Wisconsin a partir de abril de 2020. En el estudio, los pacientes analizados fueron los primeros miembros del hogar con síntomas compatibles con COVID-19 que recibieron una resultado positivo y vivían con al menos otro miembro del hogar. Después de su inscripción elaboraron diarios de síntomas y resultados de muestras de hisopos nasales y saliva durante 14 días. La media de edad del paciente de referencia fue de 32 años, pero un dato a tener en cuenta es que en la muestra, el 14% tenían menos de 18 años.
La infección fue rápida: más de la mitad de las personas (53%) que vivían con alguien que luchaba contra el covid-19 se infectaron en una semana. Alrededor del 75% de estas infecciones secundarias ocurrieron dentro de los cinco días en los que se dieron los primeros síntomas en el paciente inicial. Excluyendo a 54 miembros del hogar a los que se les detectó SARS-CoV-2 en muestras tomadas ya en el momento de la inscripción, la tasa de infección secundaria fue del 35%. Es decir se contagiaron durante la convivencia, el doble de lo que se pensaba. Y es que, según numerosos estudios, el lugar más peligroso cuando se trata de la transmisión del coronavirus es el hogar, algo que tiene bastante sentido, ya que la gente tiende a sentirse segura y a bajar la guardia.
El 67% de los convivientes infectados informaron de síntomas durante la primera semana de seguimiento mientras que los síntomas comenzaron, de media, cuatro días después del inicio de la enfermedad del paciente índice (el primer positivo). La tasa de infección sintomática entre los convivientes fue del 36% mientras que la tasa de infección asintomática fue del 18%. Los resultados demuestran que menos de la mitad de los miembros del hogar con infecciones confirmadas por SARS-CoV-2 informaron de síntomas en el momento en que se detectó la infección por primera vez sino que lo hicieron durante los 7 días de seguimiento, lo que subraya el potencial de transmisión por contactos secundarios asintomáticos y la importancia de la cuarentena.
La realidad de los hogares seleccionados era la siguiente. Los hogares estudiados tenían, de media, una habitación por cada miembro. Un 69% de los pacientes inicialmente contagiados informaron que habían pasado más de 4 horas en la misma habitación con uno o más miembros del hogar el día anterior al inicio de la enfermedad. Un 40% había hecho lo mismo, pero el día después del inicio de la enfermedad. Un dato que también es común en todos los hogares son las camas calientes. El 40% de los pacientes de referencia informaron dormir en la misma habitación con uno o más miembros del hogar antes del inicio de la enfermedad y el 30% habían hecho lo mismo el día después del inicio de la enfermedad
Debido a que el aislamiento inmediato de las personas con covid-19 puede reducir la transmisión en el hogar, los expertos que han elaborado el estudio aconsejan a las personas que sospechen que podrían tener covid-19 aislarse, quedarse en casa y usar un dormitorio y un baño separados si es posible. Además, todos los miembros del hogar deben usar mascarillas en todo momento en los espacios comunes.
No se deben compartir vasos, tazas, tenedores u otros cubiertos o platos para comer. Tampoco toallas ni ropa de cama con otras personas en el hogar. Al lavar la ropa, no se debe sacudir la ropa sucia de la persona enferma para minimizar la posibilidad de que el virus se propague por el aire. Si se usan guantes reutilizables, estos deben dedicarse a la limpieza y desinfección de superficies con covid-19 y no para otros fines domésticos. Y hay que lavarse las manos inmediatamente después de quitarte los guantes. Son los consejos de la CDC. Además, se aconseja dedicar un bote de basura forrado para cualquier pañuelo de papel u otro papel o productos desechables utilizados por una persona enferma.
Si vives solo, el desafío es controlar tus síntomas y cuidarte cuando no te sientas bien. Asegúrate de tener un plan para que te entreguen alimentos y medicamentos en tu hogar, y buscar a alguien que pueda ser responsable de vigilarlo virtualmente de manera regular.
Un termómetro que funcione para controlar la fiebre, que se considera 37,8 grados, y un método para limpiarlo como el alcohol isopropílico y medicamentos para reducir la fiebre son vitales, así como una
caja de guantes, mascarillas de goma o látex desechables y un suministro de 60 o 90 días de los medicamentos necesarios que se tengan recetados. Hay que tener jabón y desinfectante de manos a base de alcohol al 70%, tejidos para cubrir los estornudos y la tos, aunque no sea necesario acumular papel higiénico. Es importante tener en casa suministros de limpieza regulares, guantes de limpieza de cocina y revestimientos para botes de basura.