Incapaces de resistir la fuerza del viento, los más pequeños caen arrastrados por la calle y la imprudencia de algunos padres a punto está de costarles un disgusto. La tormenta Ciara, tras inundar y destrozar viviendas en buena parte del Reino Unido ya pone en alerta a la Europa continental. Vientos de más de 120 kms/h. que derriban árboles y andamios en Bélgica y que convierten los aterrizajes en operaciones de alto riesgo en las que algunos pasajeros pierden los nervios...
Ciara se lo puso muy difícil a este avión en Birmingham. Solo la pericia del piloto, una vez más, solventaron los problemas para aterrizar. Y si da miedo verlo, el pánico de los pasajeros es más que evidente. La ciclogénesis explosiva está golpeando con saña las islas británicas.
Vientos huracanados de más de 100 kilómetros por hora capaces de mover una grúa, de tirar esta valla en Leeds, de arrancar la fachada de este hotel en Escocia evacuado a tiempo. Asomarse al mar también da miedo. Las inmensas olas en el Canal de la Mancha interrumpen los ferrys Reino Unido y Francia donde esta gasolinera se ha venido abajo. La ciclogénesis explosiva, capaz de zarandear a las personas, ha dejado sin luz a miles de consumidores.
La tormenta Ciara se ha cobrado su primera víctima después de que la caída de un árbol provocara la muerte de un conductor que conducía un Mercedes de 58 años.
La Oficina Meteorológica ha emitido advertencias climáticas anunciando nieve, vendavales y hielo. Es la tormenta más grande de Gran Bretaña en los últimos siete años y promete extenderse hacia el norte.
Los viajeros se enfrentan a un día difícil con los servicios de trenes que sufren retrasos y cancelaciones a medida que se realizan reparaciones en el ferrocarril después de los daños causados por el clima extremo.