Alarma en la sede de los Juegos Olímpicos cuando queda menos de un mes para que arranque la esperada cita: Tokio se encuentra en pleno auge de los contagios después de que en las últimas 24 horas se contabilizasen 562 positivos más por coronavirus, lo que supone un centenar más que hace justo siete días.
Con estos datos, es el propio ministro de Salud de Japón, Tamura Norihisa, el que lanza la advertencia, señalando que el Gobierno podría declarar un nuevo estado de emergencia en la capital si continúan en la misma deriva.
En este sentido, en lo que parece ser un denominador común en múltiples regiones, incluida España, cuando se produce una relajación de las medidas de prevención a menudo ciertos grupos caen directamente en la temeridad pareciendo olvidar que el coronavirus sigue ahí, y en Tokio no fue diferente. Concretamente, Norihisa ha censurado el comportamiento de algunos ciudadadanos que se excedieron en sus celebraciones durante los últimos días del estado de emergencia, que expiró el 20 de junio.
Esas actitudes, ha denunciado, podrían desembocar en un posible aumento de contagios en los próximos días.
Ante la situación, el temor a una onda epidémica que pueda poner en peligro los Juegos Olímpicos crece. Por eso, y por todos los intereses que hay en juego, --máxime después de haberlos tenido que aplazar el año anterior por la crudeza de la pandemia--, la presidenta de la organización nacional de los JJOO de Tokio, Seiko Hashimoto, ha pedido a las autoridades nacionales un nuevo endurecimiento de las restricciones en la capital.
Más allá, preocupa significativamente que se haya conocido la aparición en la capital de un caso de la temida variante 'Delta' --antes conocida como variante india, y de especial virulencia-- en un ugandés llegado al aeropuerto de Narita. Este, además, había estado en "estrecho" contacto con el equipo olímpico del país africano.
Buscando la máxima prevención y tratando de proteger la celebración de los JJOO evitando brotes de coronavirus, para garantizar la seguridad los atletas se mantendrán en un ambiente de "burbuja", aunque la propia Hashimoto, en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias Kyodo, ha reconocido que las medidas no son necesariamente "cien por cien" efectivas.
Más allá, Hashimoto también ha avisado --como llevan semanas haciendo las autoridades y expertos del Gobierno japonés-- que el gran evento deportivo podría acabar celebrándose a puerta cerrada si la situación de la pandemia no mejora, aunque por el momento se mantiene la actual limitación del 50 por ciento de la capacidad de las sedes, hasta 10.000 personas, sin la admisión de visitantes extranjeros.