Una vez más las carreteras de Estados Unidos han sido escenario de una persecución de película. Un hombre huye a toda velocidad por una autopista de Los Ángeles. El sospechoso saca medio cuerpo fuera de la ventanilla y dispara con un revolver de cañón largo a sus perseguidores. Después de parar el vehículo continuó el intercambio de disparos entre la policía y el sospechoso.
La mujer que iba al volante se rendía ante los quince coches-patrulla enviados al lugar. En el automóvil quedaba el pistolero, en estado crítico. Con dos balazos; uno de ellos se lo habría disparado él mismo.
Se le buscaba por entrar en esta licorería y matar al dueño. Un asesinato sin sentido, cuenta esta mujer, junto a las flores que recuerdan a la víctima. Igual de absurdo que el tiroteo en medio de la ciudad. En el que nadie más resultó herido.
Salvaje paliza a un conductor en otro episodio de brutalidad policial en EEUU