El terrorismo de extrema derecha preocupa a toda Europa, y especialmente a Alemania. La canciller Ángela Merkel ha llegado a decir hoy que el "racismo es veneno".
El racismo y el odio son venenos que están en la sociedad le ha dicho Merkel a un país donde los atentados de este tipo aumentaron un 20% en 2018.
El presidente alemán ha puesto flores en memoria de las víctimas. Hace solo una semana 12 alemanes eran detenidos por planificar atentados a gran escala contra mezquitas.
Hasta ahora el peor atentado había sido el cometido por un joven germano-iraní en un centro comercial de Múnich en 2016 con nueve muertos. Pero todo apunta a un fenómeno más amplio que afecta a varios continentes.
En Europa los atentados se han incrementado casi al mismo ritmo que ha crecido la inmigración ilegal.
En Nueva Zelanda ocurrió el ataque más grave con 50 muertos a tiros dentro de una mezquita en 2019.
Todos tienen en común su admiración por el noruego Anders Breivik, el autor de la mayor masacre hasta la fecha. Por internet se ha propagado su mensaje advirtiendo de la baja natalidad y del peligro que corre el genotipo nórdico.