Katie Wright, de Austin, Texas en Estados Unidos, ha contado en las redes sociales los efectos de usar una brocha de maquillaje sin lavar, provocando una infección en la piel que puso en riesgo su vida.
Su rostro se hinchó después de apretar lo que parecía ser una espinilla: “Hace una semana decidí explotar lo que parecía una espinilla gigante que había debajo de la piel porque me estaba doliendo desde hacía mucho tiempo”, cuenta la joven a Mirror.
Cuando fue a urgencias, los médicos le dieron malas noticias: se trataba de una infección y había riesgo de quedarse ciego si se propagaba por los ojos o por el cerebro. Era tan potencialmente mortal que le administraron antibiótica vía intravenosa.
“Soy muy estricta en el lavado de cara, pero nunca pensé que desinfectar la brocha de las cejas”, asegura Katie.