Un terremoto de magnitud 7,5 en la escala de Richter ha sacudido a México. Con epicentro en el sureste de Oaxaca, el seísmo se ha sentido en múltiples zonas, como la propia Ciudad de México, Guerrero, Veracruz o Tabasco, tal como informa el medio nacional, El Universal.
El terremoto ha dejado al menos siete víctimas mortales y cuatro heridos, según el último balance de Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPCO).
El movimiento telúrico ha provocado daños en al menos 500 viviendas del estado de Oaxaca.
Las autoridades han informado de varios derrumbes en tres carreteras federales y en cinco estatales, así como daños en cuatro zonas arqueológicas y en quince centros sanitarios.
Nada más producirse el suceso los ciudadanos han salido rápidamente de sus domicilios, algunos presos de la angustia, con el recuerdo todavía en la memoria de los efectos del terremoto de hace tres años, el cual dejo más de 400 muertos.
En Ciudad de México se han visto sobresaltados por un estruendo que hacía mucho que no vivían en la capital, mientras en Oaxaca han sido evacuadas comunidades enteras.
Los ciudadanos han visto cómo los adoquines se movían, los edificios se agrietaban, algunos de ellos con derrumbes, mientras en los hospitales, en pleno ascenso de la pandemia del coronavirus en el país, médicos y pacientes vivían el suceso sobrecogidos sin poder salir del centro médico.
Al mismo tiempo, en la costa sur el mar retrocedía anunciando un inminente riesgo de tsunami.
Tras el fortísimo temblor, la Adminsitración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) emitió una alerta de tsunami que, además de afectar a México, también implicaba a Guatemala, El Salvador, Honduras y Ecuador.
El propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha compartido en Twitter el momento en el que acababa de enterarse de la noticia. En ella, se puede apreciar como entabla una conversación telefónica en la cual le confirman que la magnitud del terremoto
Según el Servicio Sismológico Nacional de México, el terremoto ha comenzado a aproximadamente las 10:30 horas (hora local), a 23 kilómetros al sur de la localidad de Crucecita, originándose 5 kilómetros por debajo de la superficie terrestre; una cifra que el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS), por su parte, eleva a los 23 kilómetros de profundidad, rebajando por otro lado la magnitud a 7,4.
Las delegaciones y la Unidad General de Respuesta Inmediata (UGRI) se encuentra supervisando la situación para detectar "posibles daños", ha añadido, mientras en Ciudad de México, la alcaldesa, Claudia Sheinbaum, ha expliado que hasta el momento solo han detectado la caída de varios muros y fachadas: "Continuaremos recibiendo información", ha dicho, explicando que no se han registrado “incidentes graves” y precisando que varios aviones sobrevuelan la zona para valorar la situación.
En total, según informa el Servicio Sismológico Nacional de México, han sido nada más y nada menos que 147 réplicas del terremoto las que se han producido hasta las 11:45 horas (hora local) de este 23 de junio. La más grande de todas estas réplicas ha sido de 4,6, y ante la sucesión de estos temblores los ciudadanos han salido inmediatamente de sus casas con rostros de preocupación y miedo. En las calles, los vecinos de Oaxaca se han congregado en medio de la incertidumbre.
Fuera, fruto del seísmo, los sensores han detectado ya olas de más de tres metros, mientras en las redes sociales han comenzado a difundirse vídeos en los que se aprecia como grandes edificios han llegado a moverse ante la fuerza de los temblores.
Además, según medios locales, citando información de los servicios turísticos, el mar ha retrocedido entre 30 y 40 metros por el seísmo.
México se ubica sobre cinco placas tectónicas, lo que favorece la aparición de seísmos. La mayor parte del país se sitúa en la placa Norteamericana, mientras que la península de Baja California pertenece a la placa del Pacífico y en el litoral del Pacífico se tiene la microplaca de Rivera, la placa de Cocos, y la del Caribe.
Hace ya tres años, en 2017, fallecieron 471 personas en el país a causa de tres seísmos, los días 7, 19 y 23 de septiembre, en lo que tristemente se recuerda como la mayor tragedia natural en México desde el terremoto de 1985, que dejó miles de muertos en la capital.
El del 7 de septiembre de 2017 también sacudió el sureño estado de Oaxaca. Concretamente, fue en Tehuantepec y tuvo una magnitud de 8,2. Dejó 98 muertos y centenares de heridos. Aquel temblor fue el más fuerte que se registró en el país desde el de Jalisco-Colima, que tuvo lugar en 1932. En aquella ocasión, la placa tectónica de 60 kilómetros de grueso, responsable del movimiento, se partió en dos.