La víctima fue atacada en julio de 2015 en una fiesta en Sydney, Australia. Los policías del departamento de abusos a menores de New South Wales estudiaron detenidamente el vídeo después de que la cámara fue requisada en un arresto por vandalismo, informa The Sun.
Pero hicieron un gran avance en su investigación cuando el tatuaje de la pierna de uno de los atacantes coincidía con una foto en las redes sociales.
Kurt Stephenson, de 27 años, casado y con un hijo, había publicado una foto de su tatuaje de bulldog, idéntico al que se ve en las imágenes.
Sin embargo, la investigación empezó por identificar a la víctima que aperecía en las imágenes. El inspector jefe del departamento, Peter Yeomans, explicó que "el objetivo principal inicialmente era identificar a la víctima y verificar su estado". Los oficiales fueron cuidadosos durante su investigación para no contarle a la víctima todos los detalles de su terrible experiencia porque estaba incapacitada durante el ataque y no lo recordaba.
El Tribunal de Distrito escuchó que el adolescente se "desmayó" después de tomar una bebida que la pandilla le había dado. En el vídeo se escucharon comentarios sobre la violación. La chica se despertó desnuda con heridas en los genitales después de que los hombres la atacaron "simultáneamente" y "por turnos". La fiscal Sharon Harris explicó que su víctima era “una joven vulnerable sin las habilidades para protegerse a sí misma”.
La defensa argumentó durante el juicio, que duró seis semanas, que el sexo fue consentido y que "participó activamente". Pero en su declaración, la joven dijo que en la fiesta era la única chica y que le obligaron a beber cerveza. La chica, de la que no se dio el nombre para proteger su identidad, explicó que “estaba enferma, me dolía la tripa, y que sangraba por todas partes”.
Kurt Stevenson y Tristan Carlyle-Watson, ambos de 27 años, y Andrew Waters, de 25, fueron declarados culpables de múltiples cargos. En la sentencia, Stevenson, que fue filmado teniendo relaciones sexuales con la adolescente, recibió 13 años y nueve meses de cárcel como sentencia. Waters fue sentenciado a 11 años y seis meses de cárcel con un período sin libertad condicional de siete años y ocho meses. Tristan Carlyle-Watson, de 27 años, que no violó a la niña pero estaba presente en la sala, fue sentenciado a un mínimo de cuatro años y nueve meses de cárcel. Ayden Devereux, el hombre que filmó la violación en grupo, fue sentenciado el año pasado a cinco años de cárcel.