La reciente visita de Mario Draghi a Genova ha dejado el anuncio de la llegada de las nuevas medidas con las que el Gobierno italiano pretende hacer frente a la subida de las facturas del gas y la luz que afecta, igual que en el resto de Europa, al país transalpino. “Estamos preparando una intervención de gran alcance para los próximos días. El presente está caracterizado por las dificultades que afrontan familias y empresas debido al aumento del precio de la energía eléctrica”, dijo el primer ministro.
Una intervención que se estima de entre 5 y 7 mil millones de euros. Un nuevo programa que llegará, previsiblemente, a mediados de este mes de febrero. Lo hace desde Genova ciudad que denomina “símbolo de la recuperación de un país entero tras la tragedia”, una metáfora también sobre la pandemia.
Ya han sido anunciadas medidas en los meses precedentes, pero los datos hablan de un incremento incesante de los precios tanto en Italia como en el resto del mundo que necesitan nuevas intervenciones. Las impresas pagarán en el 2022 más de 37 mil millones más que el año anterior y las familias, se estima, que gastarán hasta 1.200 euros más (datos ISPI).
Durante el mes de enero la factura del gas, electricidad y carburantes ha subido más de un 40%, el doble de lo que lo ha hecho en países como Francia o Alemania. ¿A qué se deben estos precios cinco veces más altos de lo normal? Se lo preguntamos al profesor de Economía de la Universidad de Bolonia que da algunas claves para entender cómo este problema europeo afecta a Italia y por qué.
“Toda esta cuestión de la subida de precios nace a causa, de manera paradójica, de la recuperación económica. Todos los países del mundo han comenzado de nuevo a consumir contemporáneamente, partiendo de China uno de los productores más potentes del planeta, utilizando grandes cantidades de gas, que es la transición entre el carbón y la energía renovable. Esta producción a gran escala con gas ha aumentado la demanda y se han producido desequilibrios entre oferta disponible que hacen subir constantemente el precio”, explica Sanfilippo. Además, añade, del frío invierno o el mal aislamiento de las casas como en el caso de Italia. “Es importante recordar que también la tensión del conflicto ruso aumenta el desequilibrio en los mercados”, argumenta.
El experto explica así que al problema de las dinámicas globales de compra venta de energía se une el tejido productivo italiano lleno de pequeñas empresas que no pueden beneficiarse de los bonus energéticos de los que muchas veces disponen las multinacionales. Es así como algunas industrias de artesanas históricas en Italia como las de los cristaleros de la famosa isla de Murano, en Venecia, que han amenazado con parar la producción porque no pueden hacer frente a los costes. Los hornos, con una subida del gas de más del 400%, corren el riesgo de apagarse.
En la rueda de prensa que dio tan solo dos días después de visitar Génova, el propio Draghi dijo que entre los problemas que ahora debe afrontar el país el de la subida de la factura de la energía debe ser afrontado “de inmediato”. Además de las medidas sobre las propia facturas de las familias italianas,, que han sido anunciadas en varias ocasiones desde el pasado septiembre, se espera potenciar las renovables, la producción y un suministro con los precios verdaderamente equilibrados.
“Las medidas que puede anunciar Italia o cualquier otro país en este momento sirven como ‘parche’ de manera coyuntural, esperando siempre que esta escalada de precios cambie en algún momento”, añade el experto.
Los partidos ya han presionado a Draghi y las familias y las empresas italianas muestran el ahogamiento que supone hacer cargo a una subida del precio de esa envergadura. Las próximas semanas serán fundamentales para entender el camino que tomará la gestión de la subida de las facturas. Varias ciudades al largo y ancho del país han tomado la iniciativa de apagar las luces a las ocho de la tarde durante más de media hora para rebajar de forma simbólica el gasto a final de mes.