Aunque mantenía la incógnita, en las últimas semanas encabezó numerosos actos en distintas provincias del país para fortalecer al oficialismo de cara a los comicios, desoyendo los consejos de los médicos que le recomendaron rebajar su actividad y el grado de tensión que le caracterizaba tras las dos intervenciones coronarias que había sufrido en los últimos meses.
El ex jefe de Estado, un político de raza, combativo y controvertido, supo mantenerse en la primera línea tras abandonar su cargo de mandatario, al que llegó luego de ser alcalde de su ciudad natal, la patagónica Río Gallegos, y tres veces gobernador de la provincia de Santa Cruz.
Néstor Kirchner militó junto a su esposa en la izquierdista ala juvenil del peronismo de los años 70 y abrazó la figura de Juan Domingo Perón, a quien solía rememorar en sus discursos.
"Quiero estar en el censo 2010. Quién te dice, a lo mejor me ayuda con la gripe y las anginas. Quiero sentirme bien para recibir mañana al censista", fue uno de los últimos mensajes que escribió en Twitter la mandataria Fernández horas antes de la muerte de su marido.
Cristina Fernández, en El Calafate
La presidenta se encuentra acompañada de su hijo Máximo y de algunos de sus ministros en El Calafate, donde se espera la llegada de su hija Florencia, que estudia cine en Nueva York. El gobierno no ha anunciado aún oficialmente cuándo y dónde será enterrado el ex presidente.
Sin embargo, medios locales especulan con la posibilidad de que Cristina Fernández encabece una ceremonia íntima, acompañada de amigos, familiares y miembros de su Gabinete en El Calafate, mientras se prepara un funeral de Estado en Buenos Aires con un velatorio que podría celebrarse en el Congreso, tal como indica el protocolo, o en la Casa Rosada. CGS