Era el 2 de mayo de 2011. Por aquel entonces, el hombre más buscado del planeta seguía siendo Osama Bin Laden. El ideólogo del 11-S era el enemigo público número uno, el hombre al que los servicios de inteligencia de Occidente intentaban dar caza. Su nombre en clave: Gerónimo.
Aquél día, una unidad de élite de los Navy Seal lanzaba la 'Operación Lanza de Neptuno'. La CIA estaba convencida de que el líder de Al Qaeda se escondía en el interior de un complejo residencial amurallado de la localidad paquistaní de Abbotabad. Estaba en lo cierto.
A la 1:00 hora local, un disparo en la cabeza del Seal Robert O'Neill acababa con la vida de Bin Laden. En la operación, mucho menos quirúrgica de lo que el Pentágono intentó vender en un principio, murieron otras cuatro personas, entre ellas la mujer del líder terrorista.
Los cámaras adosadas a los cascos de los soldados estadounidenses retransmitieron la operación en directo. Al otro lado, un selecto grupo del Gabinete de Obama entre los que se encontraba Hillary Clinton asistía con cara de circunstancias al espectáculo televisivo.
La cámara del entonces fotógrafo oficial de la Casa Blanca Pete Souza inmortalizaba la escena vivida en el Situation Room. Más de 100 fotos de entre las que Souza eligió una, el célebre momento en el que Clinton se llevaba las manos a la cara ante lo que estaba presenciando. Imágenes llenas de espontaneidad que quedarán marcadas para siempre en las retinas de los estadounidenses.
Este sábado, más de siete años después de aquella noche histórica, la Casa Blanca ha vivido un momento muy similar. El hombre más buscado del planeta era ahora el líder del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi. Los servicios de inteligencia sospechaban desde hace meses que el "califa" se escondía en la pequeña aldea de Barisha, en el noreste sirio. Esta vez el cuerpo de élite encargado de la operación no han sido los Seals, sino los Delta Force.
El resto del relato es muy similar. Según ha descrito el propio Trump, tras un breve tiroteo Al-Baghdadi habría quedado atrapado en un túnel bajo el complejo en el que se escondía. Acorralado por los perros que acompañaban a los Deltas y siempre según el relato de Washington, el terrorista habría hecho estallar el chaleco explosivo que llevaba puesto, llevándose con él a sus tres hijos a los que, según Trump, arrastró consigo al interior del túnel.
Las cámaras de los soldados han vuelto a retransmitir la operación en directo y Trump y su equipo militar más cercano supervisaban su desarrollo desde el célebre Situation Room. Situation Room.El objetivo del fotógrafo oficial de la Casa Blanca ha vuelto a ser testigo directo de los momentos de tensión vividos en esa pequeña habitación.
Sin embargo, en esta ocasión la instantánea difundida por Washington tenía un rictus menos natural. Enseguida, muchos internautas gritaban "posado" a los cuatro vientos. Entre los que sospechaban de la imagen, el propio Pete Souza. En un tuit, el fotógrafo oficial del presidente Obama aseguraba que analizando los datos incrustados en la imagen digital (todas las fotos digitales los esconden, pero están ahí si sabes buscarlos), la foto se había hecho al menos hora y media después a la hora de la operación difundida por el Pentágono.
Souza ha compartido además, otras imágenes de las "más de 100" tomadas en aquella habitación.
Sin embargo, el propio Souza pedía prudencia ante los que aseguraban que la foto no había sido espontánea. Aunque las horas no cuadren, es posible que la operación durase más de lo que se pensaba en un principio. Como dice el fotógrafo en otro tuit, el mismo Trump ha dicho que no llegó al Situation Room hasta las 17:00. Habrá que esperar a conocer más detalles.
Lo que sí es cierto es que ese mismo Situation Room arroja dos imágenes muy distintas de dos momentos casi idénticos.