La ley, aprobada ayer domingo durante una reunión del gabinete presidida por el primer ministro, forma parte de "las directrices del programa de reformas políticas y de los esfuerzos por enriquecer y revitalizar la vida política, compartir la responsabilidad y crear la alternativa en el control del poder", según informó este lunes la agencia oficial de noticias, SANA.
Entre los requisitos para la autorización de los nuevos partidos, se incluyen el "compromiso con la Constitución, con los principios de la democracia y del Estado de derecho y el respeto a las libertades, a los derechos básicos y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como a los acuerdos adoptados por la República Árabe Siria", prosiguió SANA.
Los partidos deben, de acuerdo con la nueva ley, "defender la unidad de la madre patria y reafirmar la unidad nacional" y tienen la obligación de "hacer públicos los principios, objetivos, métodos y financiación del partido".
Aparte, precisa el texto, "ningún partido puede basarse en valores religiosos, tribales, regionales, confesionales o profesionales" ni apoyar "discriminaciones por origen étnico, de género o de raza". Los nuevos partidos no podrán servir de sucursales ni de socios de ninguna organización política extranjera, advierte la norma recién aprobada.
La nueva ley establece que tanto las labores de formación como la designación de los cargos o el desarrollo de las actividades de los partidos deberán llevarse a cabo de forma "democrática" y que las nuevas formaciones no podrán servir de cobertura, pública ni encubierta, para "actividades militares o paramilitares", no podrán usar ni alentar la violencia ni acudir a "ninguna forma de amenaza".