Shi Zhengli, la viróloga estrella de Wuhan, dice que los rumores de un accidente en su laboratorio como origen del coronavirus son infundados
La viróloga de Wuhan se defiende de las acusaciones de un accidente en su laboratorio
Cada vez más científicos creen que no se debe descartar la filtración en un laboratorio
Shi lleva años experimentando con coronavirus de murciélagos modificados genéticamente
Para medio occidente Shi Zhengli es la responsable del laboratorio donde se pudo originar el coronavirus por un accidente. Para China es la reputada científica que ha conseguido controlar la epidemia de covid en el país que comenzó todo.
La viróloga del Instituto de Wuhan, ciudad donde se dieron los primeros casos de covid, dice que la posibilidad de que el coronavirus surgiera por un accidente es solo un rumor infundado.
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Durante el gobierno de Donald Trump la idea de que el origen del coronavirus fuera un accidente de laboratorio se tomó por inverosímil. Sin embargo, con el cambio en la administración de EEUU este planteamiento resurge con fuerza y con el aval de algunos científicos que piden que se esclarezca.
Los científicos admiten que no hay pruebas concretas sobre la filtración en un laboratorio, sin embargo, si señalan que esta posibilidad se descartó demasiado rápido y hablan de ciertas cuestiones inquietantes.
Algunos expertos aseguran Shi realizó experimentos demasiado arriesgados con coronavirus de murciélagos, informa The New York Times. Otros colegas quieren que se aclaren los informes de inteligencia estadounidense, que sugieren que hubo infecciones tempranas de covid entre varios empleados del Instituto de Virología de Wuhan.
El enfado de Shi Zhengli
El citado diario ha conseguido que Shi mediante correo electrónico. No habla con periodistas porque así es la política de su laboratorio. Sin embargo, según cuenta el diario, ha negado todas las informaciones que señalan al Instituto de Wuhan y que algunos de sus compañeros se infectaran antes de que el virus se extendiera a la población china.
“¿Cómo se supone que ofrezca evidencias de algo cuando no hay evidencias?” (…) “No sé cómo el mundo ha llegado a esto, a ensuciar constantemente a una científica inocente”, ha afirmado la viróloga.
A la pregunta clave de si “¿tenía el laboratorio de Shi alguna fuente del nuevo coronavirus antes de que estallara la pandemia?”, la respuesta de Shi es un rotundo no. Sin embargo, la negativa de China a compartir ciertas investigaciones y a permitir hacer una investigación en profundidad hacen imposible certificar las palabras de la científica.
Los partidarios del origen natural del virus siguen señalando los mercados de Wuhan, donde se venden animales que pueden contener patógenos capaces de saltar al humano. Mientras Shi sigue con su trabajo en el laboratorio mientras imparte conferencias por su país.
El debate se extiende a la forma en que los científicos estudian las enfermedades infecciosas. Algunos han citado la posibilidad del accidente de laboratorio como una forma de presionar para lograr un mayor escrutinio de los experimentos que, en sentido amplio, pretenden hacer más potentes a los patógenos para comprender mejor su comportamiento y sus riesgos.
Muchos científicos sostienen que la búsqueda de los orígenes del virus debe trascender la política, las fronteras y los logros científicos individuales.
“Esto no tiene nada que ver con la culpa o el remordimiento”, dijo David Relman, microbiólogo de la Universidad de Stanford y coautor de una carta publicada en la revista Science, en la que 18 científicos pedía una investigación transparente de todos los escenarios viables, incluyendo una fuga de laboratorio.
La versión de la OMS, muy precipitada
Muchos virólogos sostienen que lo más probable es que el coronavirus haya saltado de un animal a un humano fuera de un laboratorio. Otros, dicen que sin pruebas no se puede descartar la tesis de la filtración. Se habla de la posibilidad de que los investigadores del instituto de Shi podrían haber recolectado —o contraído— el nuevo coronavirus en la naturaleza, por ejemplo, en una cueva de murciélagos o podrían haberlo creado, por accidente o por diseño. En cualquier caso, el virus podría haberse filtrado al infectar a un trabajador.
La versión de la OMS, que mandó a China a una misión para averiguar el origen del covid, es que es muy improbable que el virus surgiera en un accidente de laboratorio. Para muchos, una conclusión precipitada ya que el gobierno chino no permitió a los inspectores acceder a toda la información requerida.
La reputación de Shi
Antes del covid, Shi era una reputada científica no solo en su país. Dirigió expediciones a cuevas para recoger muestras de murciélagos y guano para estudiar cómo los virus saltan de los animales a los humanos. En 2019, fue una de los 109 científicas elegidas para formar parte de la Academia Estadounidense de Microbiología por sus contribuciones en este campo.
“Es una científica excepcional: extremadamente cuidadosa, con una rigurosa ética de trabajo”, ha dicho sobre ella Robert C. Gallo, director del Instituto de Virología Humana de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland.
El Instituto de Virología de Wuhan emplea a casi 300 personas y es uno de los dos únicos laboratorios chinos de máxima seguridad. Shi, de 57 años, dirige allí el trabajo del instituto sobre enfermedades infecciosas emergentes.
Shi se doctoró en 2000 en la Universidad de Montpellier, Francia. Estudia los murciélagos desde 2004, tras el brote del SARS, que mató a más de 700 personas en todo el mundo.
En los últimos años, Shi ha estado experimentando con coronavirus de murciélagos modificándolos genéticamente para ver cómo se comportan. En 2017, ella y sus colegas del laboratorio de Wuhan publicaron un artículo en el que explicaban que había creado nuevos coronavirus de murciélago híbridos mezclando y combinando partes de varios existentes para estudiar su capacidad de infectar y replicarse en células humanas.
Quienes defienden estas investigaciones dicen que ayudan a la sociedad para prepararse para futuros brotes.