Agentes utilizan ganchos contra un ciudadano chinoINFORMATIVOS TELECINCO
Las autoridades de Shanghái están empleando ganchos metálicos para personas que no cumplen el confinamiento
Los habitantes han grabado cómo agentes sacrifican a mascotas en la calle ante los contagios de coronavirus
La población denuncia las pésimas condiciones de los hospitales de cuarentenas
El confinamiento por coronavirus en Shanghái sigue dejando imágenes polémicas. Las autoridades chinas siguen endureciendo unas restricciones que ya de por sí lo eran. A la extensión indefinida del cierre se suman otras acciones. Los habitantes graban cómo los funcionarios utilizan ganchos contra los ciudadanos y cómo sacrifican a mascotas de contagiados en la calle.
Unas imágenes grabadas recientemente muestran a un hombre acorralado en la calle por varios agentes. Estos, con un EPI y mascarilla, emplean ganchos metálicos para no tocar al ciudadano. Es la respuesta por no quedarse en casa y no llevar mascarilla. Finalmente, lo reducen contra una valla metálica.
Esos mismos utensilios son los que emplean para capturar a perros de infectados. Posteriormente, los trasladan a centros para su sacrificio o los matan directamente en la calle. Varios habitantes de la ciudad financiera han denunciado la crueldad de las acciones. En un vídeo, varios agentes apalean a un perro en la calle hasta matarlo.
El Gobierno ha anunciado la creación de un centro para la cuarentena de mascotas. Sin embargo, la realidad por el momento es distinta. Decenas de animales son sacrificados en la calle. Entre ellos también están gatos, que meten en bolsas y mueren hacinados cuando no a golpes. Su único delito ha sido ser la mascota de una persona con la covid-19. Las evidencias disponibles todavía no han demostrado que estos animales domésticos transmitan el patógeno a los humanos.
La censura del Gobierno de China sigue actuando. Mientras miles de personas están apelotonadas en hospitales de cuarentenas, los medios oficiales muestran imágenes amables de pacientes tratados bien. Los habitantes han denunciado que algunos duermen en cajas de cartón y otros en habitaciones sin camas.