Cementerio de North Sheen. Una tumba sin lápida y sin nombre congrega a un grupo de personas en un día frío, sorprendentemente soleado, en este rincón idílico del sur de Londres. El motivo: homenajear a Manuel Chaves Nogales, el periodista y escritor sevillano que se exilió en la capital británica y que, tras su muerte, cayó en el olvido. “Encarna los mejores valores de nuestra España democrática. Y por eso es de justicia que, en el 80 aniversario del exilio republicano, y en el 75 aniversario de su muerte, nos hayamos reunido para honrarlo a él y a todos los exiliados”, señala el Embajador de España en el Reino Unido, Carlos Bastarreche.
“El acto ha sido muy sobrio, como debía ser, pero es un día muy emocionante para todos. Un homenaje para reivindicar el buen periodismo en tiempos de noticias falsas”, asegura Ignacio Peyró, director del Instituto Cervantes de Londres y organizador de este evento, en el que han participado varios familiares de Chaves Nogales. Para uno de sus diez nietos, Antony Jones, “vivimos tiempos difíciles en los que parece que la propaganda, las etiquetas y los eslóganes dominan la conversación. Mi abuelo vivió en una época aún más revuelta y luchó contra todo ello y contra la idea de fraccionar la sociedad y lo hizo con las mejores armas que se han inventado: la pluma y la máquina de escribir”.
Jones recalca cómo Chaves Nogales nunca quiso ser protagonista y de ahí que esta tumba tan humilde, ahora cubierta de hierba y hojas secas, represente tan bien a su persona. Uno de sus lemas era “andar y contar” y así fue cómo recorrió Europa relatando lo que pasaba.
Cuando estalló la Guerra Civil en julio de 1936 era director del periódico “Ahora”. Decidió permanecer en Madrid hasta finales de ese año cuando el Gobierno de la República se trasladó a Valencia. Entonces él decidió exiliarse. Primero en Francia y luego en Londres, donde falleció en mayo 1944, cuando la ciudad era objeto constante de bombardeos de la aviación de Hitler. El periodista murió con la pena de no poder escribir una crónica sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del nazismo.
Sin embargo, antes de fallecer lo combatió con todas sus fuerzas desde Fleet Street, la famosa calle sede en su día de los principales periódicos británicos. Allí fundó la agencia de noticias “The Atlantic Pacific” para la que contrató a los mejores escritores y periodistas españoles y latinoamericanos que estaban en ese momento en Londres. Su objetivo era contrarrestar la propaganda alemana. Y lo consiguió porque sus crónicas sobre lo que estaba ocurriendo durante la contienda se convirtieron en una fuente de información fiable para el mundo de habla hispana.
“A sangre y fuego”
Durante el homenaje, el actor y director del Teatro Cervantes de Londres, Jorge de Juan, en castellano, y la de la actriz Candela Gómez, en inglés, han recitado el prólogo de “A sangre y fuego” que Manuel Chaves Nogales escribió entre 1936 y 1937. Para el escritor Andrés Trapiello, también presente en el tributo, estas son “las páginas más emocionantes y más lúcidas que se han escrito de la Guerra Civil, especialmente porque se redactaron durante unos momentos en los que nadie vio lo que estaba sucediendo”.
“Ningún escritor español ha sido más víctima de las dos Españas que Manuel Chaves Nogales. Esas dos Españas casi lograron silenciar para siempre sus escritos, aquellos precisamente que denunciaban el horror de los totalitarismos: comunismo y fascismo”. Para Trapiello, “condenado durante casi setenta años al ostracismo, es acaso la más incontestable y feliz resurrección literaria de la historia reciente de la literatura”.
El escritor ha defendido el homenaje de un “hombre valiente, comprometido con la verdad y los hechos, en un momento en que los totalitarismos posmodernos, populismos y nacionalismos, quieren destruir de nuevo Europa y la convivencia entre ciudadanos libres e iguales, o sea, aquello que le hizo a Chaves salir de España y venir a encontrarse con su muerte tan lejos de su tierra”.
El misterio de su tumba
Durante décadas no se supo dónde había sido enterrado. Cuando su hija mayor, Pilar Chaves, se casó y se mudó con su marido al Reino Unido donde acabó residiendo cincuenta años, vivió curiosamente muy cerca de este cementerio de North Sheen. De vez en cuando paseaba entre sus tumbas sin saber que allí descansaba su padre. Este vivía en el centro de Londres, así que la elección de este cementerio sigue siendo un misterio. La confirmación oficial de que su tumba está allí llegó a mediados de los años ochenta.
Ahora, a sus 99 años, Pilar reside en Marbella. La única sobreviviente de los cuatro hijos del periodista sevillano deseaba estar presente en este homenaje y ver cómo su nieto y el embajador Bastarreche colocaban una corona de flores sobre la tumba de su padre, y cómo se rendía un minuto de silencio para recordar también a otros exiliados españoles. Y es que desde la llegada en el siglo XVI del erasmista Antonio del Corro, otras personalidades como Agustín Argüelles, Espronceda, Luís Cernuda o Arturo Barea encontraron en Londres un lugar donde refugiarse.