Son las palabras más importantes para el nuevo hombre más poderoso del planeta: el discurso inaugural del presidente de Estados Unidos. El mensaje que pronuncia el día de su toma de posesión juega como carta de presentación ante un nuevo mandato.
Ahora le toca el turno a Joe Biden; pero, ¿cuáles son los discursos de investidura que han pasado a la historia? ¿Cuáles las citas más célebres que han sobrevivido a generaciones, que se han convertido en referente retórica? A continuación, seis de esos discursos más famosos.
El discurso de Abraham Lincoln en su segunda toma de posesión es uno de los más conocidos del presidente. También, uno de los más cortos de la historia: solo 700 palabras. Fue pronunciado en un momento de gran trascendencia histórica: la guerra civil estaba a punto de terminar y él sería asesinado menos de un mes después de pronunciar ese discurso.
"Con malicia hacia nadie; con caridad para todos; con firmeza en el derecho, como Dios nos da para ver el derecho, esforcémonos por terminar la obra en la que estamos; para curar las heridas de la nación", dijo. Esas palabras están grabadas en mármol en el monumento a Lincoln en Washington. DC.
Franklin D. Roosvelt pronunció, durante su primera toma de posesión, palabras que se convertirían en cita memorable. Lanzó su discurso inaugural ante una sociedad desmoralizada, en plena Gran Depresión tras el crack del 29.
El suyo fue un mensaje tranquilizador que apelaba a la esperanza. "Ante todo, permítanme asegurarles mi firme convicción de que a lo único que debemos temer es al miedo mismo, a un terror indescriptible, sin causa ni justificación, que paralice los arrestos necesarios para convertir el retroceso en progreso", afirmó. Poco años después estallaría la Segunda Guerra Mundial.
El discurso inaugural de John F. Kennedy -el presidente más joven y el primero católico del país- es uno de los más célebres. Durante 14 minutos, con un mensaje que apelaba a la unidad, el demócrata conjugó carisma y habilidad retórica. Su mensaje enarboló la idea de una nueva era: "La antorcha ha pasado a una nueva generación de estadounidenses".
La cámara le enfocó un primer plano cuando pronunció una de sus frases más recordadas:"No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tu por tu país". Kennedy también envió un mensaje al resto de los países: "Conciudadanos del mundo: no pregunten qué hará Estados Unidos por vosotros, sino qué podremos hacer juntos por la libertad del hombre". Su asesinato, dos años más tarde, elevó su figura a la categoría de mito.
El presidente que había sido actor, el republicano Ronald Reagan, pronunció ante la cámara -el día de su toma de posesión- otra de las frases más recordadas. "En los actuales tiempos de crisis, el Gobierno no es la solución a nuestros problemas; el Gobierno es el problema", dijo.
La frase sería referente incluso para otros mandatarios en las antípodas ideológicas de Reagan. 16 años más tarde, Bill Clinton haría alusión a esa frase: "El gobierno no es el problema y el Gobierno no es la solución. Nosotros, el pueblo estadounidense, somos la solución".
El primer discurso de investidura de Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, está escrito con letras grandes en la historia del país; aunque más por su significado histórico. Pese a las grandes dotes oratorias de Obama, su discurso de investidura no es una de sus intervenciones más recordadas.
Y para concluir, el discurso de uno de los padres fundadores de Estados Unidos, Thomas Jefferson, pronunciado hace más de 200 años. Se convirtió en el tercer presidente del país y la suya fue la primera investidura a la que no acudió el mandatario saliente. Su antecesor y examigo, John Adams, le había retirado el saludo y abandonó la Casa Blanca casi de incógnito, a las cuatro de la madrugada.
En su mensaje inaugural, el presidente abordó la división del país apelando al espíritu común de la Unión: "Hemos llamado por diferentes nombres a hermanos del mismo principio. Todos somos republicanos, todos somos federalistas".