Maykel Suárez Machado, un ciudadano cubano residente en Manzanillo, en la provincia de Granma, ha conseguido salvar la vida de su esposa, Isabel Barrios Peláez, diseñando y elaborando un concentrador de oxígeno casero para ayudarla a luchar contra la covid-19 y superar la enfermedad.
Su historia, que ya ha trascendido las fronteras de Cuba para convertirse en noticia internacional, ganándose múltiples elogios, es otra muestra más de la gravedad que continúa teniendo la emergencia sanitaria y las dificultades que todavía hoy el coronavirus sigue provocandocoronavirus sigue provocando en uno y otro rincón del planeta.
Cuba, en un primer momento, parecía estar controlando la transmisión del SARS-CoV-2, pero en el último periodo, al que se ha unido la reapertura del turismo, los contagios se han disparado. Según datos de la Universidad Johns Hopkins, en total son ya más de 720.000 los casos y más de 6.000 las muertes desde el inicio de la pandemia; unas cifras que, teniendo en cuenta solo los últimos 28 días, son de 229.282 casos y 2.283 muertes, algo que da cuenta de que, en efecto, en este último intervalo la incidencia se ha multiplicado.
Así, en estas circunstancias, esta onda epidémica ha provocado que en el país se enfrenten a una importante falta de recursos. Sin ir más lejos, en el caso de la esposa de Maykel Suárez, Isabel sufrió la escasez de oxígeno durante su ingreso en el hospital provincial de Celia Sánchez Mnanduley, donde permaneció 27 días. El gas era imprescindible para su supervivencia, y por eso Suárez, graduado en electrónica, se apresuró en “buscar alternativas” para salvarla.
"Busqué alternativas para ayudarla y para no sentir que no hacía nada por ella y me basé en métodos antiguos. Con la ayuda de la licenciada en Química Yuramis García Rodríguez confeccioné el equipo", ha contado, en declaraciones recogidas por Diario de Cuba.
Según ha explicado, contando también con la asesoría telefónica de un electromédico del Hospital Materno Infantil Fe del Valle y haciendo uso de Internet, logró su propio concentrador de oxígeno casero.
“Vi la experiencia de otros países que tenían los hospitales saturados por la falta de oxígeno, donde personas capacitadas en este tema confeccionaron concentradores para ayudar al sector de la salud, y así logré el nuestro propio, que ha tenido buen resultado”, ha contado, explicando que lo fundamental es hacerlo con recursos al alcance. Entre ellos, llegó a usar gasas, un pomo de plástico y, señala, hasta puntas de lapiceros, todo esterilizado.
Así, con su ayuda, su esposa pudo tener permanentemente al lado un equipo de oxígeno y él, por su parte, él alivió su temor y su preocupación: “Me daba cierta tranquilidad, porque me imaginaba esos minutos de desespero, en los cuales incluso la llamaba por teléfono y la sentía muy angustiada por no contar con el oxígeno”, ha contado.
No obstante, pese a que Isabel pudo recuperarse y vencer la covid, la tragedia y los estragos causados por la enfermedad les golpearon igualmente, porque el mismo día en que ella pudo probar la máquina de oxígeno al salir por fin de la llamada ‘zona roja’ del hospital, su hermana murió, contagiada también por el coronavirus.
“Nos preocupaba el oxígeno pues debía recibir esa dolorosa noticia en el estado en que se encontraba. Antes de la conversación, le pusimos el concentrador, y al saber la verdad de su hermana se complicó, pero con el equipo logró una rápida recuperación sin presentar la molesta falta de aire", explica Suárez, tal y como recoge el medio Diario de Cuba.
Ahora, su esposa ya se recupera en casa de las secuelas de la covid, mientras el concentrador de oxígeno, por su parte, ahora está sirviendo para ayudar a una joven que se encuentra con un cuadro grave por la enfermedad.