A comienzos del pasado mes de mayo, Diana Paola Angola Mosquera, de 35 años, se enteró que estaba contagiada de coronavirus. Estaba embarazada y su preocupación por la salud del bebé creció.
Entró en urgencias de la Clínica Versalles de Cali, en Colombia, con síntomas de fiebre y dificultad para respirar. Fue aislada inmediatamente y a los días se le diagnosticaba con COVID-19. No mejoraba y fue trasladada a cuidados intensivos.
Los pronósticos médicos eran claros, la familia cuenta cómo les informaron de que las posibilidades de vida de la Diana eran de solo el 1% y 2%. Ante una situación médica tan grave se procedió al estado de coma inducido, que duró 21 días. La idea era tenerla a salvo, pero también se miraba por la vida del bebé, de solo 24 semanas.
No obstante, según recoge el diario colombiano '90minutos', se decidió proceder a una cesárea tres semanas después del ingreso en la uci porque la madre comenzó a rechazar el apoyo ventilatorio por el crecimiento del útero.
Fue el 23 de junio, después de tres semanas en coma inducido, cuando Diana Paola ha podido conocer a su bebé y tenerlo en brazos. El pequeño Jefferson Riascos Ángola tiene 22 días y está bien de salud, sus pruebas de coronavirus dieron negativo.
Diana recuerda la emoción tan grande que sintió al conocerle después de unos días de angustia que apenas recuerda. Pero su alegría no se ha quedado ahí, el día que le entregaron a su bebé, su pareja le propuso matrimonio por videollamada.
Alegría doble también para la familia que recuerda como los médicos les dejaron claro que la situación era tan grave que habría que elegir entre la vida de Diana o la del bebé, recuerda su hermana. “Gracias a Dios el equipo médico hizo todo lo posible para que saliera adelante y pudiera seguir con nosotros”, cuenta llena de satisfacción en Radio Caracol.