El romance ruso de Donald Trump
Las conexiones entre Rusia y Trump se ven favorecidas por la hostilidad de Biden hacia Moscú, la fascinación de Trump por Putin o el uso de fake news del actual mandatario
Robar los secretos de ciertas agencias estadounidenses, entre las que se encuentran algunas fundamentales como el Pentágono o los laboratorios nucleares, era el principal objetivo del más reciente ciberataque ruso. Pero esta acción, al igual que otras muchas interferencias de Moscú en la política norteamericana, ha sido no solo minimizada sino alentada por el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con acciones como el reciente indulto a su ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, quien se reconoció culpable de mentir al FBI sobre sus contactos soviéticos.
“Es un gran honor para mí anunciar que el general Michael T. Flynn ha recibido un indulto total”, tuiteó de forma vehemente el presidente saliente al respecto, ignorando las consecuencias de la injerencia rusa en la política norteamericana. Y todo ello, a pesar de las más de 80.000 publicaciones de cuentas del país báltico en redes sociales durante el periodo electoral de 2016, el acceso a los servidores norteamericanos en los últimos comicios, los tratos del exabogado de Trump, Michael Cohen, con funcionarios corruptos soviéticos o la propuesta de indulto a Assange para que exculpara a Rusia de las filtraciones de los correos demócratas.
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Infiltración masiva
El último y gigantesco ciberataque que recientemente ha pirateado los sistemas informáticos corporativos y del gobierno de Estados Unidos ha alarmado a las agencias de inteligencia norteamericanas, ya que una cantidad importante de información ha estado expuesta a vulneraciones de seguridad entre seis y nueve meses. El propio secretario de Estado Mike Pompeo ha atribuido a Rusia la acción: “Creo que ahora podemos decir claramente que fueron los rusos quienes participaron en este suceso”, dijo Pompeo.
Sin embargo, horas después Trump contradecía públicamente a su responsable de política exterior publicando sus dudas al respecto y trasladando la responsabilidad a China y los medios. “Rusia, Rusia, Rusia es el cántico favorito preferido cuando algo sucede por parte de los fracasados medios de comunicación que, por razones financieras están petrificados por el debate sobre la posibilidad de que fuera China (¡puede que lo sea!), escribió en su red social favorita.
El caso Flynn
El teniente general recién indultado Michael Flynn participó en la campaña electoral de Trump de 2016 y fue investigado por sospechas de haber tenido contactos con altos cargos rusos durante el año previo a las elecciones, con el fin de favorecer al mandatario. De hecho, aunque la investigación de dos años se cerró sin pruebas de connivencia entre Rusia y el entorno del presidente, Flynn ocultó dichos contactos en las interrogaciones a las que fue sometido por parte del FBI, siendo ya asesor de seguridad, y tuvo que dimitir por haber mentido también al vicepresidente Mike Pence.
En 2017 se declaró culpable de perjurio, aceptando colaborar con la investigación, pero en 2019 cambió de abogados y de estrategia pidiendo desde entonces la anulación del juicio. Más adelante, la secretaría de Justicia abandonó las acciones judiciales hacia él, que quedan definitivamente cerradas tras el indulto presidencial recibido.
Interferencias electorales
En un informe conjunto de la CIA, el FBI y la NSA tras las elecciones de 2016, se se confirmó la injerencia de Rusia en dicho período electoral con la intención de minar la confianza de los votantes estadounidenses en su sistema democrático y dañar la imagen de Hillary Clinton. De hecho, entre 2015 y 2017 se detectaron unas 80.000 publicaciones de una empresa rusa en Facebook y más de 50.000 cuentas rusas programadas con información falsa, en Twitter, que favorecían a Donald Trump y perjudicaban a Hillary Clinton.
También el pasado mes de septiembre, durante el reciente proceso electoral, Microsoft avisó de que hackers rusos estaban tratando de acceder a los servidores de la agencia de comunicación que trabajaba para el Partido Demócrata, lo que alertó de nuevos intentos de injerencia. Y también algunas empresas relacionadas con las redes sociales, como Facebook, tuvieron que desmantelar varias redes de bots de origen ruso con el fin de que no se difundiera información falsa.
Cohen contra Trump
Estas tensiones en los periodos electorales, alimentados por fuentes provenientes del país báltico y casi siempre favorables a Donald Trump, han sido confirmadas por el propio exabogado del presidente, Michael Cohen, que cuenta en su libro Desleal, una memoria cómo el republicano se acercó a Vladimir Putin y su círculo de oligarcas con el fin de asegurarse un importante acuerdo inmobiliario, lo que demostraría que el presidente norteamericano mintió cuando dijo que no tenía ningún tipo de vínculo con Rusia.
Cohen, que cumple una sentencia de cárcel de tres años por delitos financieros y mentir al Congreso, ha desvelado en su libro que desde que decidió hablar de “los tratos de Trump con funcionarios corruptos de la Unión Soviética” o su “fraude fiscal”, ha recibido “cientos de amenazas de muerte” que le hacen temer por su vida.
Oferta a Assange
El pasado mes de febrero ante un tribunal británico, la defensa del fundador de Wikileaks, Julian Assange, declaró que el excongresista estadounidense Dana Rohrabacher le visitó para proponerle un indulto. “Siguiendo instrucciones del presidente (de los Estados Unidos) le proponía un indulto u otra salida si decía que Rusia no tenía nada que ver con las filtraciones que había sufrido el Partido Demócrata”, dijo la abogada de Assange. Estas declaraciones fueron aceptadas por el juez como prueba.
Aunque el ahora excongresista negó más tarde haber hablado en nombre del presidente, sí reconoció haberse reunido con Assange y, dependiendo de su respuesta, haber intentado interceder a su favor ante Trump, lo que fue desmentido por la Casa Blanca en un comunicado. Assange está reclamado por Estados Unidos, que le acusa de espionaje y de poseer información sensible del país norteamericano.
Las razones de las múltiples conexiones entre Rusia y Trump se ven arropadas por motivos diversos como la hostilidad que Joe Biden ha mostrado hacia Moscú con su política de sanciones por la anexión de Crimea, la fascinación que Trump siente hacia la figura de Putin o el propio uso de fake news por parte del presidente norteamericano, que se ve alineado con la acción de los bots rusos en las redes sociales. Una pasión compartida que, como toda relación que llega a su fin, puede que termine ahora que Trump tiene que abandonar el poder.