La presencia de más de 40 jefes de Estado y de Gobierno revela que la cita es de una relevancia considerable. Están convocados para conmemorar los 75 años de la liberación de Auschwitz; para no olvidar la barbarie nazi y ese símbolo de la más nula humanidad que significaron los campos de concentración.
Comprometido con el recuerdo, el Rey Felipe VI, que entre sus títulos tiene también el de ‘Rey de Jerusalén’, ha sido el representante de España… y también del resto de delegaciones internacionales. Él ha sido el único mandatario extranjero que ha podido intervenir en la primera cena de bienvenida en la residencia del presidente israelí, y ha deslizado dos mensajes principales. El primero, que hay que estar vigilantes ante la intolerancia y los discursos de odio del presente: “La barbarie puede crecer cuando menos te lo esperas”, ha dicho, recalcando, en segundo lugar, que por ello es importante perseverar para que no se vuelvan a repetir las consecuencias más inhumanas de la intolerancia. “Nunca más”, ha subrayado.