Sondra Better, de 68 años, fue brutalmente asesinada en su trabajo. Apuñalada y golpeada hasta la muerte. Sucedió en 1998, y desde entonces el caso ha quedado inconcluso. “Teníamos huellas dactilares, teníamos sangre… incluso teníamos una posible descripción de un testigo, pero la persona responsable de este suceso atroz parecía simplemente haber desaparecido”, ha explicado el jefe del Departamento de Policía de Delray Beach en una rueda de prensa ofrecida tras un giro repentino en el caso.
Han tenido que pasar dos décadas para que todos esos datos que recabaron para intentar llegar hasta una pista sólida que señalase al responsable, por fin, dé sus frutos: Todd Barket. Ese es el nombre del ahora principal sospechoso y presunto asesino. Natural de Brandon, Florida, de 51 años, ha sido arrestado de forma totalmente inesperada. Después de que los agentes a lo largo de todo este tiempo hayan interrogado a numerosos testigos y hayan obtenido el ADN de 36 sospechosos sin haber tenido ningún éxito, ha sido una solicitud de trabajo la que ha puesto a las autoridades ante la clave para resolver el caso.
En diciembre de 2018, Barket dejó su huella dactilar para una prueba de verificación de antecedentes, ante la potencial posibilidad de ser aceptado en un trabajo. Fue determinante. Las pruebas recabadas en la escena del crimen de Sondra Better habían sido registradas en las bases de datos nacionales de las autoridades, y saltó la coincidencia.
"Todd Barket estuvo a punto de escaparse de un asesinato, pero el constante esfuerzo de los detectives del Departamento de Policía de Delray Beach y los investigadores de la escena del crimen lo cazaron 20 años después de dejar sus huellas dactilares y su sangre en una escena del crimen brutal. Que Sondra descanse en paz”, escribieron las autoridades a través de un tuit.