Las autoridades policiales han tardado 46 años en resolver el asesinato de Pamela Milam, una joven de 19 años que fue vista por última vez el 15 de septiembre de 1972 en la ciudad de Terre Haute después de salir de fiesta de un campus de la Universidad Estatal de Indiana. Finalmente el cadáver de la joven fue encontrado amordazado y atado en el maletero de su coche. El análisis forense reveló que tenía heridas tanto en su rostro como en su cabeza y que la habían matado estrangulándola con una cuerda que tenía alrededor del cuello, tal y como recoge 'RT'.
Tras estas revelaciones las autoridades policiales comenzaron la investigación. "No teníamos testigos ni ninguna descripción del sospechoso", explicó a los periodistas Shawn Keen, jefe de la Policía de Terre Haute.
Siete semana después de asesinato se llevó a cabo el arresto de Robert Wayne Austin, acusado de perpetrar varias agresiones sexuales dentro del campus. Pese a que había sido catalogado como sospechoso del asesinato, no se encontraron pruebas que lo confirmaran.
En 2008, Keen reabrió la investigación y, gracias a las muestras de ADN encontradas en la escena del crimen, se descartó definitivamente la participación de Austin.
Casi diez años después, en 2017, el jefe de Policía descubrió el fenotipado de ADN, una nueva técnica que permitía predecir la apariencia de un sospechoso al analizar una muestra de material genético. Es por ello que al año siguiente, en 2018, comenzó a trabajar con Parabon NanoLabs, una compañía especializada que cruzó el perfil del ADN encontrado en la escena del crimen con una base de datos pública de genealogía genética.
Tras construir un posible árbol genealógico del asesino, la búsqueda se redujo de 106 personas a un solo individuo: Jeffery Hand. De esta forma por fin se pudo resolver el asesinato.