Con un sencillo gesto, los hosteleros en Hong Kong ayudan a controlar la propagación del coronavirus. Vigilar la fiebre antes de entrar es una de las medidas que los restaurantes de la ciudad han empezado a adoptar para tranquilizar a los clientes.
La encargada del local tiene claro que su papel como embajadora de la higieneembajadorahigiene consiste en garantizar que todo el personal se lava las manos regularmente y lleva mascarilla. Otros prefieren métodos menos agresivos y más originales, como biombos transparentes hechos de plástico que se colocan entre comensales.
Compartir mesa es algo habitual en China y con este invento se reduce la probabilidad de que un estornudo acabe en plato ajeno. Todo vale para frenar los contagios que en China ascienden a más de 65.000, con más de 1500 muertos.