Expertos de todo el mundo continúan trabajando contrarreloj para seguir conociendo el comportamiento de un coronavirus, el SARS-CoV-2, que aún presenta numerosas incógnitas entre la comunidad científica. La pandemia deja ya más de 38 millones de casos y cerca de 1,1 millones de muertos en todo el mundo. La covid-19 sigue causando estragos y los especialistas no dejan de sorprenderse ante algunos de los efectos secundarios que puede provocar.
Recientemente, la propia OMS manifestaba su inquietud ya no solo por el propio virus y las muertes que está provocando, sino también por esos efectos que se producen una vez superada la enfermedad.
Ese es precisamente el campo de estudio de unos investigadores, – Foteini Stefania Koumpa, Cillian T Forde y Joseph G Manjaly–, que acaban de publicar un informe en el cual, centrándose en el caso de un paciente de 45 años en Reino Unido, relacionan la covid-19 con la pérdida de audición repentina como uno de los posibles efectos que puede llegar a provocar.
Concretamente, defendiendo que se han producido más casos así en distintos puntos del planeta, indican que este paciente, que padece asma, tuvo que ingresar en estado grave en la UCI tras experimentar serias dificultades para respirar.
En total, permaneció 30 días conectado a un ventilador, al tiempo en que le trataron con el famoso remdesivir para intentar reconducir su grave estado de salud.
Afortunadamente, el tratamiento pareció dar resultado y, finalmente, pudo abandonar la UCI. Sin embargo, no había transcurrido más de una semana siquiera cuando, de forma abrupta, el paciente comenzó a notar tinnitus o zumbidos en su oído izquierdo, a lo que siguió una repentina pérdida de audición.
Según el informe, nunca antes había experimentado ningún problema de este tipo, y en consecuencia, también antes de su diagnóstico estaba sano. Los especialistas intentaron descubrir cuál era la causa, pero tras realizarle un examen físico, una resonancia magnética y distintas pruebas que finalmente descartaron distintas posibles causas de pérdida auditiva, –incluida la gripe, el VIH o la artritis reumatoide–, no pudieron explicar por qué había desarrollado esa también llamada ‘sordera repentina’.
Tratado con esteroides para intentar ayudarle, el paciente mejoró, pero solo parcialmente, sin volver a tener una audición normal, como podría haber sucedido de haberse dado una identificación precoz del problema, algo que pudo haber quedado imposibilitado por la saturación de las UCI como aquella en la que se encontraba en plena ola de contagios. De hecho, no se descarta que la afección se produjese antes de lo que el propio paciente pensaba.
Buscando soluciones ante las incógnitas que tenían delante, los médicos, tal como informa el medio Live Science, recurrieron a distintos informes entre los cuales encontraron más casos de covid-19 relacionados con la pérdida auditiva repentina, incluyendo algunos en Turquía, Egipto y Alemania. Según los autores del estudio, publicado en la revista de divulgación científica BMJ Case Reports, el de este varón de 45 años es el primero en Reino Unido.
No obstante, hay que subrayar que los investigadores tan solo han encontrado una asociación. No pueden probar directamente que el SARS-CoV-2 haya sido la causa de la pérdida de audición, pero apuntan que sí que han descubierto que las células que recubren el oído medio tienen receptores ACE-2, los cuales utiliza el coronavirus para introducirse en las células.
Además, defienden la infección que provoca el SARS-CoV-2 puede aumentar los niveles de sustancias químicas inflamatorias en el cuerpo que se han relacionado, también, con la pérdida auditiva.
No obstante, para continuar profundizando en este campo de estudio e intentar demostrar o desterrar su hipótesis, piden una mayor investigación entre este vínculo que aprecian entre la covid-19 y la pérdida auditiva repentina, “dada la presencia generalizada del virus en la población y la morbilidad significativa de la pérdida auditiva”.