Aunque la sonora derrota de los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo en los comicios legislativos copó los titulares dentro y fuera de Marruecos el pasado 8 de septiembre, la jornada dejó también una profunda renovación –también a costa del PJD- en los ayuntamientos marroquíes. Una de las grandes noticias, que trasciende la propia cita electoral, es la llegada simultánea a las alcaldías de Rabat, Casablanca y Marrakech de tres mujeres. Se trata de Asma Rhlalou (Reagrupamiento Nacional de Independientes), Nabila Rmili (también del RNI) y, Fatima Zohra Mansouri (Partido de la Autenticidad y la Modernidad) respectivamente. Marruecos se ha vuelto a situar en la vanguardia de la región del Norte de África y Oriente Medio en la promoción de la mujer en las instituciones, aunque se sitúe aún por debajo de la media mundial. Sus autoridades quieren seguir mejorando; por ejemplo, la nueva legislación impone a los partidos que un tercio de su membresía sea femenina.
Dos de ellas pertenecen a la formación que se impuso el pasado día 8 de septiembre en las elecciones a la Cámara de Representantes –cámara baja del Parlamento marroquí- y a los consejos comunales y regionales, el liberal RNI del nuevo primer ministro Aziz Akhannouch. Las tres comparten, además de su condición femenina en un país donde las mujeres no siempre gozan de los mismos derechos que los hombres, el reto de gestionar tres grandes ciudades en una coyuntura difícil, especialmente en lo tocante a la financiación y los presupuestos.
Las tres comparten además heredar las alcaldías de primeros ediles del islamista PJD, que perdió, de una tacada, en la pasada cita electoral las alcaldías de Tánger, Tetuán, Fez o Mequínez además de las citadas de Rabat, Casablanca o Marrakech. Las urnas castigaron una deficiente gestión local por parte de la formación que salió impulsada de la Primavera Árabe y ha sido mayoritaria en Marruecos durante la última década.“Nos encontramos ante un salto cualitativo relacionado con la participación y la elección de las mujeres en los distintos escrutinios con porcentajes que oscilan entre el 30 y el 40%”, afirmaba en el digital marroquí Le360 el profesor de ciencia política en la Facultad de Derecho de Rabat-Agdal Redouan Amimi. “Es una experiencia muy importante, sobre todo en las grandes ciudades, que sufren problemas presupuestarios y sociales”, aseveraba.
En Rabat –en el último censo oficial, el de 2014, la capital tenía casi 578.000 habitantes-, la nueva alcaldesa, Asma Rhlalou, tendrá que gobernar un ayuntamiento con un presupuesto limitado: 900 millones de dírhams, algo menos de 90 millones de euros. La nueva alcaldesa, de 52 años y primera en la historia de Rabat -a la que alguno llama ya ‘la Ayuso marroquí’-, ya ha avanzado que apostará por la conjunción entre el sector privado y el público para mejorar la gestión local. Como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Rhlalou es periodista, además de doctora en economía por la Universidad francesa de Perpiñán. Ha sido diputada del RNI en la cámara baja del Parlamento marroquí entre 2016 y 2021.
“Es un día histórico para la villa de las luces. Seré alcaldesa para todos, mayoría y oposición”, fue la exclamación de alegría de Asma Rhlalou al convertirse el pasado 24 de septiembre de manera oficial en primer edil de Rabat tras ser apoyada por una alianza multipartita formada por el RNI –su partido-, el PAM, el Istiqlal y el Movimiento Popular.
También por primera vez en la historia, la ciudad de Casablanca –considerada capital económica del país, con 3,3 millones de personas- estará gobernada por una mujer: Nabila Rmili. Natural de Casablanca, médico y doctora en Medicina General de 47 años, hasta ahora desempeñaba el cargo de directora de Salud en el consejo regional Casablanca-Settat. La pandemia hizo de Rmili una de las caras públicas más visibles de Marruecos al gestionar la demarcación regional más populosa de Marruecos, casi 7 millones de habitantes ya en el censo de 2014.
Su carrera profesional comenzó en el servicio de urgencias en el hospital provincial de Ouazzane y prosiguió como médico-jefe en el espacio de salud infantil en la prefectura del distrito Casa-Anfa de la ciudad más poblada de Marruecos. Antes de su llegada al consejo regional, Rmili había sido delegada del Ministerio de Sanidad en la prefectura del distrito de Ben M’sik primero y en el de Casa-Anfa después, según detallaba el semanario Maroc Hebdo. Asimismo, la nueva alcaldesa de Casablanca atesora una rica experiencia asociativa y política, tanto en el seno de su partido, el RNI, como en el ámbito municipal. Su llegada al poder municipal fue posible el pasado día 20 de septiembre gracias a una alianza entre su partido, el RNI, junto al PAM y al Istiqlal, en una reedición a escala municipal de la coalición gubernamental.
Fatima Zahra Mansouri (PAM) no es solo la alcaldesa de Marrakech, centro turístico marroquí por excelencia de Marruecos –en 2014 tenía casi 929.000 habitantes-, sino que vuelve a ocupar un cargo que detentó entre 2009 y 2015 (y al que llegó con apenas 33 años). Mansouri es además presidenta del Consejo Nacional de su partido –otra responsabilidad inédita entre los grandes partidos marroquíes- y diputada electa en la Cámara de Representantes. En su nuevo mandato, tendrá por delante la ingente tarea de la recuperación económica de Marrakech, a la que la pandemia de la covid-19 ha dejado prácticamente sin turismo, su fuente principal de ingresos, en el último año y medio.
Nacida en una familia acomodada (su padre fue pachá de la ciudad y posteriormente embajador), su formación francófona en Marrakech la llevó a estudiar la carrera de derecho en Francia. Su carrera profesional comenzó en el mundo de la abogacía, que muy pronto compatibilizó por su interés por la política primero en el Movimiento por Todos los Demócratas (MTD), creado por el Fouad Ali El Himma. Y después en el Partido de la Autenticidad y la Modernidad (PAM), formación centroizquierdista también impulsada por el amigo del rey y consejero real en 2008.
Con su nombramiento como alcaldesa de la ciudad ocre en 2009 se convertía en la segunda mujer en presidir un consejo municipal en la historia de Marruecos. La primera había sido Asmaa Chaabi, elegida alcaldesa de Esauira en 2003 como representante del Partido del Progreso y del Socialismo.
A los 45 años, muchos creen que Mansouri aspirará a cotas aún mayores en la política marroquí, incluida la jefatura del Gobierno. Un reto no tan lejano: este mismo miércoles el presidente de Túnez hacía historia al designar a la profesora Najla Bouden Romdhane como primera ministra. Será la primera no solo de la historia del Estado magrebí, sino del conjunto del mundo árabe.