La polémica sobre los algoritmos ha llegado a Reino Unido. La pandemia del coronavirus provocó que los estudiantes vieran sus pruebas más importantes suspendidas, y ante ello desde educación han decidido utilizar un algortimo que califique a los estudiantes, para no tener el año en blanco.
En ese propio algoritmo es donde se encuentra la polémica: ha calificado a los estudiantes según su historial y los apuntes y las notas que han ido tomando durante el curso, pero también con otros factores.
Según se quejan los alumnos, se han encontrado numerosos problemas en los sistemas de evaluación y admisión universitaria que ocasionan un gran problema de discriminación y desventaja entre los alumnos para acceder al grado universitario.
El principal problema del que se quejan los estudiantes es que los otros factores que se han evaluado son bastante discutibles a la hora de aplicarse en modelos estadísticos. Por ejemplo, han influido factores con el centro educativo, algo que puede desvirtuar el trabajo de los alumnos de los barrios más pobres al puntuar a la baja. Esta evaluación podría favorecer a los estudiantes de centros privados o de zonas más caras.
El Gobierno británico ha confirmado este domingo más de 1.000 nuevos casos diarios de coronavirus en un día que los estudiantes han salido a las calles de Londres y otros puntos del país para protestar contra el ajuste electrónico a los exámenes que ha discriminado a los alumnos con las notas más bajas.
Los 1.040 casos de este domingo se añaden a un total de 318.484 contagios totales, mientras que también se han confirmado cinco nuevos fallecimientos que elevan el total de decesos a 41.366.
Mientras, cientos de estudiantes de todo el país han exigido la dimisión del ministro de Educación, Gavin Williamson, por un programa informático que ha completado las notas de los alumnos dada la suspensión de las pruebas por la pandemia.
Este programa, basado en recomendaciones de los profesores, ha acabado computando notas tres grados por debajo de la media de algunos estudiantes al contar años previos de formación.
Las notas tienen un impacto en la carrera universitaria, lo que ha llevado al Gobierno británico a instaurar un mecanismo de apelación, ahora sobrecargado de peticiones.
"Creo que este es el mayor ataque a la clase trabajadora, probablemente desde (la exprimera ministra Margaret) Thatcher, o al menos el más descarado", ha declarado a 'The Guardian' una profesora de ciencias bajo el anonimato.
"Esto será devastador, especialmente para la clase trabajadora, incluidos los estudiantes de raza negra y de minorías étnicas. He visto que hasta dos millones de jóvenes corren el peligro de ver cómo sus notas van a ser degradadas. Me parte el corazón", ha lamentado.