La pandemia del coronavirus sigue siendo “una amenaza muy real” en Reino Unido. Lo recalca desde el Gobierno el ministro Grant Shapps, dueño de la cartera de Transporte, quien señala que “la lucha continúa” hasta la derrota del virus, que en el último balance ha puesto al país al borde de los 40.000 fallecidos por COVID-19.
Concretamente, el país suma 176 decesos en las últimas 24 horas y 1.800 nuevos contagios, lo que eleva el total a 39.904 víctimas mortales y 281.661 casos desde el inicio de la pandemia.
Lo positivo, no obstante, es que siguen descendiendo, poco a poco, los hospitalizados. Según ha indicado el ministro de Transporte, son 7.312 los hospitalizados, un dato inferior respecto a las 8.558 que había hace una semana.
En este contexto, Grant Shapps ha avanzado que la siguiente flexibilización de las medidas restrictivas impuestas en el marco de la pandemia se producirá el 15 de julio, razón por la cual, para incrementar la prevención y garantizar que la desescalada se produce de forma adecuada, harán obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público desde esa fecha. Quien no la use podría ver denegado el acceso además de enfrentarse a importantes multas.
La medida, no obstante, para muchos llega demasiado tarde. El Partido Laborista no ha dudado en recalcárselo al Gobierno a través de su responsable de Transporte, Jim McMahon, quien ha criticado que, una vez más, el Ejecutivo de Boris Johnson es "demasiado lento en actuar".
"Hace dos meses, el partido respaldó inmediatamente el llamamiento del alcalde de Londres (Sadiq Khan) a que cubrirse el rostro en el transporte público fuera obligatorio pero solo ahora los ministros 'tories' actúan", ha lamentado.
En esta línea, también el propio Sadiq Khan se ha pronunciado: "El Gobierno por fin ha entrado en razón y ha hecho obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público", ha manifestado en Twitter.