El último balance de Reino Unido al respecto de las devastadoras consecuencias de la pandemia del coronavirus en el país arrojan un total de 17.337 muertos y más de 129.000 positivos por COVID-19. Los datos son desoladores, y todavía más si tenemos en cuenta que la cifra real de fallecidos podría ser muchísimo más elevada. Concretamente, hasta un 41% mayor, según estima el propio instituto nacional estadístico, que considera diezmado el balance provisional, puesto que solamente tiene en cuenta las muertes por coronavirus que se han producido en hospitales.
De acuerdo a las últimas cifras aportadas por el Ministerio de Sanidad británico, este martes se han registrado 823 nuevas muertes, mientras los positivos en las últimas 24 horas son 4.300.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), en la semana previa al 10 de abril fallecieron en Inglaterra y Gales más de 18.500 personas, unas 8.000 más de lo que cabría esperar. De acuerdo al os expertos, 6.000 de esos decesos se deberían al coronavirus.
Además, de acuerdo a la ONS, en esa semana analizada, al menos 1.046 personas murieron por el virus en residencias de ancianos, a los que habría que sumar 466 fallecimientos en domicilios particulares, según añade el medio nacional The Guardian.
Entre tanto, el Gobierno de Boris Johnson, quien sufrió directamente las consecuencias del coronavirus, ha manifestado su compromiso de llegar a los 100.000 test diarios antes de que finalice el mes. Un propósito que se han marcado a pesar de que un portavoz de Downing Street haya reconocido que, por ahora, la capacidad actual no llega a los 40.000. De hecho, entre el domingo y este lunes el total de pruebas que realizaron se sitúa en unas 19.300.
Por el momento, el premier británico continúa con su recuperación tras recibir el alta médica tras el COVID-19 y es Dominic Raab, ministro de Exteriores, quien técnica y provisionalmente permanece al frente del Ejecutivo, algo que se espera que finalice pronto. Boris Johnson reactivará progresivamente su actividad y en los próximos días tiene previsto entablar una llamada telefónica con la reina Isabel II en lo que sería el primer contacto formal entre ambos en unas tres semanas.