Una menor acude a una revisión médica rutinaria en Reino Unido y descubre que está embarazada de 23 semanas, después de sufrir constantes agresiones sexuales por parte de un hombre de 37 años, informa el diario La República.
La identidad del agresor, un hombre de 37 años, se descubrió una vez nacido el bebé y gracias a una prueba de ADN. Fue entonces cuando se confirmó que Quaser Abas había abusado de manera continuada de la niña.
Tras cinco días de juicio, Abas fue declarado culpable por un delito de violación y condenado a 12 años de prisión. Tras conocer el resultado de la prueba de ADN y de su paternidad, en un primer momento, el acusado afirmó que la prueba había sido "contaminada" y añadió que los testimonios de la menor y su madre estaban preparados.
La niña declaró ante el juez de la corte que el hombre le "había destruido su vida. No quería un bebé a esta edad, no quería que sucediera de la manera que sucedió. Tenía miedo de decírselo a mi madre".
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido señala que el máximo de tiempo para interrumpir un embarazo debe realizarse antes de las 23 semanas. Solo en circunstancias excepcionales un aborto tendría lugar en ese tiempo de gestación. Este no era el caso de la menor, es por eso que tuvo que dar a luz a su bebé, producto de una violación.
Ahora que Abas está en la cárcel y no puede hacer daño a otras niñas, la menor está tranquila. El condenado mantiene una orden de alejamiento contra la víctima y una orden de prevención de daños sexuales de por vida, lo que significa que no podrá acercarse sin supervisión a niñas menores de 16 años.