Los militares incrementaron este domingo su presencia en el perímetro externo del centro penitenciario más importante de la localidad costera de Guayaquil (Ecuador), tras una revuelta que dejó 68 presos muertos y casi 30 heridos.
En apoyo a policías, cuyo número también aumentó, los soldados armados con fusiles y escopetas reforzaron su presencia en los alrededores de la cárcel Guayas 1, pese a que no hubo nuevos reportes de enfrentamientos. Esta prisión había sido escenario en septiembre de una de las peores masacres carcelarias de Latinoamérica con 119 reclusos fallecidos.
Desde entonces, la violencia en el centro no ha parado debido a una guerra entre reos miembros de bandas con nexos con cárteles internacionales del narcotráfico, que se disputan el poder y liderazgo dentro y fuera de las prisiones, con un saldo hasta ahora de más de 200 muertos.
Los militares se movilizaron para respaldar a la policía en el control en el sistema penitenciario tras la declaración de un estado de emergencia por 60 días, que concluirá a finales de este mes, a raíz de la matanza de hace casi siete semanas. La presencia militar se extiende a otras penitenciarias en el marco del estado de emergencia.
Las Fuerzas Armadas "intensifican las operaciones de seguridad complementarias en los exteriores del Centro de Rehabilitación Social de Varones del cantón #Machala, con el objetivo de mantener el orden y control del centro carcelario, precautelando la seguridad de la ciudadanía", reportó por Twitter el comando conjunto de esa institución.
En la cárcel Guayas 1, con 8.500 internos y una superpoblación del 60%, presos de otros bloques atacaron con armas de fuego y explosivos al pabellón 2 entre viernes y sábado, dejando al menos 68 muertos y 28 heridos, según las autoridades. La situación se controló tras la intervención de 900 agentes.
Decenas de personas también volvieron a concentrarse este domingo en las afueras del centro penitenciario y de la morgue policial en busca de información sobre sus familiares presos.
Con capacidad para 30.000 personas, las 65 prisiones ecuatorianas están ocupadas por 39.000, con una superpoblación del 30%.