La redistribución de los distritos electorales que puede cambiar el control del Congreso estadounidense

  • El margen es tan escaso, que si los conservadores ganaran cinco escaños con respecto a los resultados de las anteriores elecciones, conseguirían el control de la Cámara de Representantes y con ello el veto de las próximas propuestas progresistas

La profunda división que vive Estados Unidos tiene una de sus causas en el gerrymanderind o distribución del voto por distritosgerrymanderind , un proceso que se redibuja tras la actualización del censo, cada diez años aproximadamente, y que está teniendo lugar en estos momentos. Se realiza en todos los estados y, de cara a las próximas elecciones intermedias, será decisivo para que cualquiera de los dos partidos mayoritarios consiga el control del Congreso.

Y es que un tercio de los 435 distritos electorales del país puede cambiar su resultado electoral en función de la distribución de población que se realice. De hecho, los cambios demográficos producidos en áreas urbanas y entre las minorías sugieren un aumento de votantes en ciertas zonas. Es el caso de los estados de Nueva York e Illinois, que podrían inclinarse por desterrar distritos republicanos, mientras Texas y Georgia harían lo mismo con los demócratas. Obama apoya los cambios:

Cambios decisivos

El margen es tan escaso, que si los conservadores ganaran cinco escaños con respecto a los resultados de las anteriores elecciones, conseguirían el control de la Cámara de Representantes y con ello el veto de las próximas propuestas progresistas. Sin embargo, el resultado es incierto porque aún hay unos 40 estados que no han presentado sus nuevos mapas y es muy probable que cuando eso ocurra, surjan impugnaciones al respecto.

Pero el proceso de redistribución de los distritos ya está en marcha y, en base a los borradores, las previsiones otorgan cierta ventaja a los demócratas en sitios como Colorado, Illinois o Iowa, donde podrían ganar un escaño en cada estado. Lo mismo ocurriría a favor de los republicanos, que conseguirían un asiento en Indiana, New Hampshire y Tennesse.

Son los legisladores locales los que cambian el censo electoral tanto para sus estados como para la elección de los Congresistas federales. La decisión no afecta al senado en el que se elige a dos senadores por estado independientemente del censo.

Qué es el gerrymandering

Qué es el gerrymanderingEn realidad, este proceso supone una manipulación de la delimitación de los mapas electorales estadounidenses. Surgió en 1811 y su funcionamiento consiste en redibujar los distritos electorales con el objetivo de que cada partido consiga el máximo número de votos posible. Así, la división de cada distrito no se hace de forma geométrica o en base a parámetros geográficos, sino que se realiza en función de los cambios demográficos que salen a la luz tras cada censo.

Por ello el dibujo de cada distrito es totalmente diferente y su nombre, gerrymandering, proviene de una asociación de palabras realizada por el reportero del Boston Gazette, que a principios del siglo XIX decidió unir el apellido del entonces gobernador del estado de Massachussets, Elbridge Gerry, con el final de la palabra salamander (salamandra), ya que esa fue la forma del mapa resultante de la unificación de distritos del momento.

Así de aleatoria puede ser el dibujo final de un distrito electoral, resultando en la forma de una salamandra, ya que el único fin es unificar los votos similares de la población. Pero es una práctica cada vez está más cuestionada y que ha intentado ser modificada con una petición ante la Corte Suprema, proponiendo una medida alternativa: que fueran los tribunales quienes controlaran el rediseño de los distritos electorales. Sin embargo, la propuesta fue desestimada, en su momento, por cinco votos en contra y cuatro a favor.

Redistribución en cada estado

El poder de volver a dibujar los mapas, después de cada censo electoral, recae en los legisladores, por lo que el partido que más legisladores consigue en las elecciones intermedias anteriores, más posibilidades tiene de modificar los distritos a su antojo. Eso es lo que ocurrió en 2010, cuando los republicanos se hicieron con casi 24 cámaras legislativas estatales, lo que les permitió dirigir la última redistribución de distritos.

Así, según un análisis del Brennan Center for Justice publicado por Reuters, los conservadores controlan en estos momentos la redistribución de 187 escaños en el Congreso, por solo 75 de los demócratas. Hay además 173 asientos que pertenecen a estados con distritos únicos, con control bipartidista o que han establecido comisiones independientes para el nuevo reparto.

Demócratas y Republicanos se asientan en sus estados

Por ello, los demócratas están focalizados en poder recuperar cualquier zona que haya tenido variaciones en su último censo. Es el caso de Nueva York, donde por primera vez en cien años han recuperado el control de la redistribución, lo que puede darles muy buenos resultados. Algo que puede repetirse en Illinois y Oregón.

Los republicanos se han centrado en Texas y Georgia, donde esperan también buenos resultados reorganizando las zonas periféricas de ciudades como Atlanta. También intentarán retener el escaño de ventaja que ya obtuvieron en Indiana, Missouri, Carolina del Sur y Nebraska. Todo un puzle que tendrá que estar terminado en noviembre de 2022, cuando tengan lugar las próximas elecciones intermedias.