A miles de kilómetros de distancia saharauis y marroquíes ven cómo sus derechos humanos no son respetados. La presión sobre la frontera en Ceuta y la llegada de miles de personas desde Marruecos ocurre mientras en el Sáhara Occidental ocupado la activista saharaui Sultana Khaya continúa siendo hostigada por la policía marroquí. Y la familia del periodista Lamin Haddi lleva semanas sin tener noticias de él. Según denuncian organizaciones no gubernamentales, son cuarenta los presos políticos saharauis encarcelados en prisiones marroquíes a miles de kilómetros de sus familias. Las resoluciones de Naciones Unidas obligan a la celebración de un referéndum de autodeterminación en la zona y debe ser España, como potencia administradora, quien medie para lograrlo. Pero Marruecos pretende cambiar esta legalidad internacional y anexionarse definitivamente el Sáhara Occidental. Una maraña geopolítica que atrapa al pueblo saharaui y que esta semana ha afectado también al pueblo marroquí, unos y otros ven como sus derechos no son respetados.