El Ejército de Estados Unidos está construyendo el cañón láser más poderoso que jamás ha visto la tierra. Parece propio de una película de ciencia ficción, pero la realidad es que desde el Pentágono trabajan para poder contar con esta arma que sería un millón de veces más poderosa que cualquier otra de tipo láser que se ha creado antes, tal como recoge el medio New Scientist.
Denominado por algunos medios como el ‘proyecto Star Wars', en alusión a la mítica saga de George Lucas, su universo y las armas que aparecen en las películas, este cañón láser incorpora una tecnología sumamente innovadora que, además de hacerla sumamente más potente, la hacen diferente porque, en lugar de enviar haces continuos de energía, como la mayoría de los láseres de la actualidad, lo que envía son pulsos de luz de radiación láser muy cortos, ultrarrápidos y tan poderoso como para poder derretir unidades enemigas, siendo especialmente útil para combatir drones y pequeños misiles. A los humanos, por su parte, el arma podría llegar a cegarles y provocarles importantes quemaduras, según informa The Sun.
Denominado técnicamente ‘Laser pulsado ultracorto para uso táctico en plataformas militares’, el contrato cerrado para la construcción del arma ha sido publicado desde el SBIR (Small Business Innovation Research), organismo estatal del Pentágono que se dedica a prestar financiación a pequeñas empresas que se dedican a sectores estratégicos como la Inteligencia Artificial, Defensa, el espacio, energía o biomedicina.
Según refieren, el cañón láser consigue “quemar los objetivos hasta que se fundan o dejar fuera de juego los sensores ópticos que se equipan” en determinadas unidades enemigas. Es decir, quema dichos sensores dejando “ciego” al dispositivo en cuestión, imposibilitando de este modo “la adquisición de información e incluso que puedan establecer objetivos a los que atacar”.
Por eso, explican su uso táctico puede ser trascendental. Y no solo eso, porque este cañón láser promete ser el más potente que ha visto nuestra era por al menos otras dos razones de peso: funciona en un rango de femtosegundos, es decir, una milbillonésima parte de un segundo, –tiempo en el cual enviaría 1 billón de vatios de energía–, y además puede ser colocado en una infraestructura mucho más pequeña de las que requieren los láseres potentes más comunes en la actualidad.
“En las últimas dos décadas los láseres de femtosegundos han pasado de requerir edificios de laboratorio a asentarse en las mesas de las escuelas ópticas de todo el país”, explican desde SBIR, desde donde inciden en que esta arma “brinda capacidades tácticas únicas” entre su “rápida descarga de enorme potencia” y sus posibilidades de uso.
Así, detallan en una información recogida por The Canadian, el cañón láser es capaz de “neutralizar amenazas” a través de tres mecánicas: el corte del material del objetivo; cegar los sensores del objetivo en cuestión; y generar una interferencia localizada para sobrecargar la electrónica interna de la amenaza concreta, dejándola inoperable.