Los habitantes del barrio de Gion, en Kioto, están tan hartos de los turistas incívicos que, con sus quejas, han conseguido que las autoridades prohíban las fotografías con geishas Gion se ha hecho popular además de por su encanto, porque es muy habitual encontrar a geishas caminando para asistir a su trabajo.
Conocidas como geiko y maiko sus aprendices, todos quieren una foto con estas mujeres ataviadas con kimonos y con un estilo muy particular. Ellas van a restaurantes de lujo donde trabajan entreteniendo a los clientes en alfombras tipo tatami con cuentos, canciones o bailes. Muchos turistas son capaces de cualquier cosa por conseguir la foto, como invadir una propiedad privada, perseguir a las geishas
La prohibición se aplica en las calles estrechas y privadas del barrio, y quien la incumpla tendrá que abonar una multa de hasta 10.000 yenes –unos 85 euros-. No tiene validez legal, pero se espera que con esta medida algunos de los visitantes reaccionen y sean más respetuosos. Una de las principales arterias de Gion es Hanamikoji, de la que salen algunas calles estrechas que han sido señalizadas con la advertencia “no hagan fotos”.
Otra de las medidas tras las quejas de los vecinos y empresarios de Kioto ha sido la de utilizar una aplicación para móviles que envía un mensaje en inglés y en chino una vez que el turista se encuentra a menos de un kilómetro de Gion. En esos mensajes se les enlaza con una web con consejos como “no toque los farolillos de papel”, “no fume en la calle” o “no fotografíe una geisha o maiko sin permiso”.
Se trata de un proyecto piloto que evaluará si la falta de modales sigue latente en diciembre. El año pasado Japón recibió 31 millones de visitantes, batiendo su propio récord. Sin embargo, los vecinos de Kioto se muestran preocupados por que el ambiente de su pintoresco barrio desaparezca.