Un tercer proyecto de estímulos económicos para paliar los efectos de la pandemia, la unidad de los empresarios y líderes sindicales, el aumento de impuestos a las principales corporaciones, un consumo basado en productos de producción nacional y la subida del salario mínimo a 15 dólares la hora son las medidas con las que el recién presidente electo y su vicepresidenta Kamala Harris apuestan para relanzar la economía, en cuanto tengan acceso al poder, según señalaron ayer en Willmington (Delaware) ante los medios.

De momento, y a pesar de que Donald Trump aún no ha reconocido su derrota en las urnas, ya han avanzado con el diseño del nuevo gabinete y han realizado reuniones con los líderes corporativos de Microsoft, General Motors y Target, y con los representantes sindicales de United Auto Workers, AFL-CIo y AFSCME, entre otros. El objetivo: “encontrar un terreno común y un camino a seguir” para, de forma conjunta, poder levantar unidos el país, señaló Biden.

En su primer discurso sobre la recuperación económica desde su victoria en las elecciones presidenciales, Biden y Harris dejaron claro que también sería fundamental que el Senado aprobara un proyecto de ley de 3 billones de dólares, llamado HEROES, para luchar contra los efectos del Covid. Ello permitiría hacer pagos directos, en efectivo, a una parte importante de la sociedad estadounidense que está sufriendo las consecuencias económicas de la pandemia. Esta ley ya fue aprobada el pasado mes de mayo en la Cámara de Representantes.

Pero si algo dejó claro Biden en su alocución fue que la prioridad era que los trabajadores volvieran al trabajo pero controlando el virus. Y alentó de nuevo, como ha hecho a lo largo de toda su campaña, al uso de mascarillas. “Podemos salvar más de 100.000 vidas entre ahora y el 1 de enero con sólo usar estas máscaras”, dijo al tiempo que transmitía su preocupación por la proximidad de las fiestas.

Y es que la fiesta de Acción de Gracias, la más importante reunión de carácter familiar en los Estados Unidos se celebrará dentro de unos días, lo que supone el movimiento de millones de personas por avión o carretera y reuniones que los expertos, este año, han aconsejado que no superen los cinco miembros si son en espacios de interior.

“Quiero que estemos juntos el próximo Día de Acción de Gracias y la próxima Navidad” pero sin olvidar que “estamos en guerra con el virus”, recordó el presidente electo instando además a practicar la distancia social y la realización de pruebas antes de cada reunión familiar, tal y como recomiendan las autoridades científicas. No hay que olvidar que los contagios por covid siguen aumentando en Estados Unidos y se han producido 100.000 casos nuevos, cada día, durante las dos últimas semanas, superando los 11 millones de personas contagiadas.

Las propuestas de los demócratas para combatir la pandemia incluyen asegurar los fondos para aumentar el número de pruebas, la adquisición de equipos de protección y la inversión de 25 mil millones de dólares para la fabricación y distribución de vacunas.

A este respecto Ron Klein, el futuro jefe de gabinete de la Casa Blanca cuando Biden entre en la misma el próximo mes de enero, dijo que ya estaban organizando las reuniones que tendrán lugar con las empresas farmacéuticas responsables de la fabricación de las vacunas como Pfizer. Esta última comunicó la semana anterior una efectividad del 90% de su producto y Moderna, el lunes pasado, del 94’5%, según datos provisionales de sus ensayos clínicos, ya en fase avanzada.

Estos anuncios dieron lugar a la euforia en las bolsas mundiales, produciéndose importantes alzas tras unos días de incertidumbre en los mercados. En Estados Unidos, si bien las subidas fueron más moderadas que en Europa, las buenas expectativas de recuperación económica y de los sectores más afectados por la pandemia dieron lugar a una mejora de la cotización de los valores turísticos, energéticos y bancarios. Wall Street tuvo una subida superior al 4’5% en su apertura y de un 2’95% al cierre del Dow Jones.

También la victoria de Biden fue recibida con alegría y subidas en los mercados dando lugar a un aumento de casi tres puntos en el S&P y de casi medio punto del Nasdaq. Los sectores más favorecidos en este caso han sido los de las aerolíneas, las renovables y todos aquellos que están relacionados con la política comercial y arancelaria de la Administración. A ello ha contribuido la fortaleza institucional del país, que la ha hecho sobrevivir a la incertidumbre postelectoral.

En este sentido, Biden no dejó escapar ayer la oportunidad de recordar a Trump el impacto que tiene sobre el país y los ciudadanos la negativa de su administración al traspaso de poder y le recordó que “más personas pueden morir” si no se llega a una coordinación de la gestión de la pandemia en el país, que ya ha matado a 245.000 estadounidenses.

Y es que el actual mandatario sigue insistiendo en que las elecciones fueron un fraude y no ha autorizado a su administración a iniciar la transición, compartir la información relativa a la seguridad del país, la coordinación con el equipo de Biden para luchar contra el coronavirus ni mucho menos al traspaso de fondos que todo ello conlleva. Un comportamiento “irresponsable” de la administración Trump según palabras del propio presidente electo en su comparecencia de ayer ante los medios.