La Fiscalía Anticorrupción ha puesto una querella contra Luis Medina Abascal y Alberto Javier Luceño. El motivo es el presunto cobro de comisiones millonarias en los contratos del Ayuntamiento de Madrid para suministro de material sanitario durante la pandemia. Pide la apertura de una investigación para determinar si existen delitos de blanqueo de capitales, falsedad documental y estafa agravada.
La querella refleja que el 20 de marzo de 2020, durante el confinamiento nacional, el Ayuntamiento de Madrid suscribió un convenio con la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid S. A. Está participada por el Consistorio en su totalidad. El fin era suministrar material sanitario y seguridad para los funcionarios del Ayuntamiento, así como de organismos dependientes del mismo.
Al enterarse, prosigue el documento, Luis Medina y Alberto Javier ofrecieron al Ayuntamiento su ayuda para conseguir "grandes remesas de material sanitario fabricado en China". En esta línea, indica que la propuesta fue "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico".
La querella recoge que fue Luis Medina quien contactó con el Consistorio, ya que tiene amistad con un familiar del alcalde de la ciudad. Posteriormente, le dijeron que debía dirigirse a la coordinadora General de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal, Elena Collado Martínez. Según el documento, también era consejera de la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid.
Una vez contactada, Alberto Luceño negoció con ella la llegada del material. Él se presentó como "experto en importación de productos procedentes del mercado asiático, con fábricas en China a su disposición, y como agente exclusivo de la empresa malaya EEE, a través de la que se iba a hacer la importación", recoge la querella. También expresó su deseo por colaborar en la gestión de la pandemia del coronavirus, que por entonces dejaba casi 1.000 muertos diarios por la covid-19 en España.
"En realidad, ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista", prosigue el documento. Poco después se firmaron tres contratos, relativos al suministro de material.