Shimizu, de 66 años, apenas ha aparecido públicamente desde que se desató la crisis en Fukushima, donde se trata de enfriar sus seis reactores desde el grave terremoto y posterior tsunami del pasado día 11.
El ejecutivo fue hospitalizado el martes a causa de mareos y de una presión arterial alta.
Los rumores sobre su paradero se habían extendido en las últimas horas e, incluso, había quien afirmaba que había huido del país o que se había suicidado.
Sakae Muto, vicepresidente de la compañía, ha sido el encargado de tomar las riendas de la crisis que vive la central nuclear donde los operarios trabajan sin descanso para estabilizar la situación de los reactores.
En las últimas horas el nivel de yodo radiactivo en la costa de Fukushima se ha disparado. Según ha informado la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, el nivel detectado supera 3.355 veces el límite de seguridad permitido.