"Nadie sale con vida". Esa fue la primera frase que pronunció el conductor de un autobús escolar, Ousseynou Sy, en el día que 51 escolares no olvidarán mientras vivan. Sy quiso protestar de una forma extrema a la política xenófoba de Salvini. De origen senegalés se había levantado indignado y planeó su venganza letal. "Mueren niños en África por culpa de Salvini", gritaba el hombre que, en vez de conducir a los niños y sus tutores al gimnasio, los condujo en dirección al aeropuerto. Con un mechero y gasolina en la mano. Era su respuesta a la decisión de Salvini de no rescatar a inmigrantes en el Mediterráneo.
Ousseynou cogió todos los móviles de los chicos y ató a los pequeños con pinzas de electricista. Y prendió fuego al bus, pero antes de que todos ardieran se produjo la acción inmediata de los carabineros evitando una brutal tragedia. Fue posible gracias a que uno de los pequeños alertó en los primeros compases de la tragedia a la policía porque el conductor, habitual, amenazó con prenderles fuego con gasolina. Los 51 niños y sus dos profesores lograron salir ilesos. El bus quedó carbonizado en las afueras de Milán.
Ousseynou Sy,, de 47 años y oriundo de Senegal pero con ciudadanía italiana durante 17 años, fue arrestado por cargos de secuestro y masacre con la agravante circunstancia del terrorismo. "Fue un milagro, los Carabinieri fueron excepcionales al bloquearlo y sacar a todos los niños", dijo el fiscal de Milán, Francesco Greco. Ha gritado: parad las muertes en el mar o llevaré a cabo una masacre", según ha armado el portavoz de la Policía, Marco Palmieri.
Palmeri ha confirmado que algunos niños han sido llevados al hospital como medida de precaución, por moratones o porque estaban en estado de shock, pero que ninguno ha sufrido heridas serias. Uno de los profesores presentes en el autobús ha contado a la agencia Ansa que el conductor había armado que quería dirigirse hacia el aeropuerto milanés de Linate. Otra niña ha asegurado que Ousseynou Sy ha culpado a los viceprimeros ministros Matteo Salvini y Luigi Di Maio por las muertes de los migrantes africanos en el mar.
El Gobierno italiano ha cerrado sus puertos a las embarcaciones de ONG que rescatan inmigrantes en aguas libias, una política que Salvini ha defendido asegurando que reduce las muertes en el mar porque menos gente se atreve a realizar la travesía. Los grupos de Derechos Humanos, por su parte, han criticado que las muertes se pueden haber incrementado ya que ahora no hay barcos de rescate buscando embarcaciones a la deriva.