Desde el auge de la crisis migratoria en 2015, la Unión Europea está aplicando medidas para controlar sus fronteras exteriores. El principal objetivo es controlar los flujos migratorios, y según defiende el Consejo Europeo en su propia web, "gracias a esas medidas, las llegadas irregulares a la UE se han reducido en más del 90 %".
Para controlar la migración, "la UE ha adoptado varios conjuntos de normas y marcos destinados a gestionar los flujos de migración legal de trabajadores altamente cualificados, estudiantes e investigadores, trabajadores temporeros y personas aspirantes a la reagrupación familiar", según defiende el Consejo.
La política migratoria de la UE se ha centrado en limitar la entrada al territorio comunitario a los ciudadanos de terceros países que entren con finalidad de trabajo. Frente a la inmigración irregular, el punto clave son las fronteras eficaces.
Cada Estado miembro tiene la función de salvaguarda de la propia frontera ante los flujos migratorios incontrolados.
La UE ha adoptado una serie de medidas y reglas que gestionan los flujos de migración legal, en relación a:
La política de retorno de la Unión Europea se basa en la Directiva sobre retorno. Para ella hay unas "normas claras, justas y transparentes para el retorno de nacionales de terceros países que permanecen en la UE de forma irregular."
Estas normas priorizan los retornos voluntarios, a partir de los cuales los migrantes tienen la oportunidad de salir de la UE por su propia voluntad, por encima de los forzosos. Sin embargo, a menudo países de la UE rechazan este período de salida voluntaria.
Recientemente, muchos eurodiputados han criticado las normas para el retorno de personas a sus países, señalando el uso excesivo de acuerdos informales por parte de la UE y de algunos países para el retorno de migrantes irregulares, pasando por alto los derechos fundamentales.
La Unión Europea expresó su apoyo a España en la crisis migratoria con Marruecos, dejando claro que "las fronteras españolas son fronteras europeas", y pidió a Marruecos que respete sus compromisos y combata la inmigración irregular, después de la entrada en Ceuta de unas 6.000 personas.
"Todo nuestro apoyo y solidaridad con España. Las fronteras de España son las fronteras de la Unión Europea. La cooperación, la confianza y los compromisos compartidos deberían ser los principios de una relación fuerte entre la UE y Marruecos", escribió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su cuenta oficial en Twitter.
Michel mantuvo una "larga conversación" telefónica con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para abordar lo ocurrido en Ceuta y mostrar la "solidaridad" de la UE, indicaron a Efe fuentes europeas.
La Comisión Europea se posicionó en la misma línea durante un debate celebrado en la Eurocámara sobre las operaciones de búsqueda y salvamento de migrantes en el mar, en el que la comisaria de Interior, Ylva Johansson, se refirió específicamente a la "preocupante" situación que vive la ciudad autónoma.
"Lo más importante ahora es que Marruecos siga comprometido para evitar sali