En Estados Unidos el último exceso de celo policial ha acabado con una mujer muerta, había amenazado al agente con unas tijeras.
En un hotel de Luisiana una mujer habla por teléfono de manera incongruente, en la mano lleva unas tijeras. Un policía le pide repetidamente que las suelte, algo a lo que la mujer se niega.
Va a tener que dispararme, le dice, mientras sigue hablando por el teléfono. El agente insiste mientras enciende una linterna. Ella repite que va a tener que disparar.
Lo siguiente que vemos es a la mujer que sale del mostrador y se lanza hacia el policía, suenan dos disparos, dos disparos en el torso.
La cámara del hotel muestra la escena desde un ángulo. Vemos al policía tratando de calmarla. Esta vez el policía era negro, la victima blanca. Madre de un niño, problemas con drogas. Según su familia fue una respuesta policial excesiva. La defensa del agente dice que no. De momento lo han retirado del servicio mientras se investiga.