A diario, en plena noche, pequeñas embarcaciones intentan sortear la oscuridad y las frías aguas que separan Francia del Reino Unido. La parte más amplia del Canal de la Mancha comprende 240 kilómetros y la más estrecha algo más de 33. La mayoría de sus ocupantes son hombres de Irán e Irak, pero también de Siria, Yemen o Afganistán, entre otros. Su objetivo: alcanzar como sea las costas británicas antes de que el país salga definitivamente de la Unión Europea el próximo 31 de diciembre.
Lo que empezó siendo un goteo, se ha convertido en algo constante. Hubo un día de septiembre en el que llegaron 400. Solo entre el 1 y el 23 del mes pasado casi 2.000 consiguieron su objetivo, más que durante todo el año anterior. En lo que llevamos de 2020, casi 7.000 personas han alcanzado las costas del sur de Inglaterra en más de 500 embarcaciones.
Estas son cifras récord para un Reino Unido no acostumbrado a que los solicitantes de asilo entren así. De todas formas, representan una proporción pequeña de la suma total. Según la ONG Refugee Action (en 2002 fueron 84.000).
Esto está suponiendo todo un reto para un Gobierno de Boris Johnson que hasta ahora ha usado la inmigración como un arma política. Los promotores de la campaña por la salida del país de la UE ganaron el referéndum del Brexit en junio de 2016 en parte gracias a un discurso que prometía frenar la llegada de extranjeros, algo que muchos votantes aplaudieron.
Ahora, el número de ciudadanos europeos se ha frenado pero siguen llegando de otros países; unos migrantes que el votante del Brexit justamente no acepta, lo que complica todavía más la búsqueda de una solución. La Ministra del Interior, Priti Patel, ha amenazado con deportaciones masivas, pero eso no ha evitado que muchos continúen arriesgando sus vidas frente a los acantilados de Dover.
De hecho, en las últimas semanas la alta demanda ha llevado a que los traficantes hayan reducido de 4.500 a 3.000 € el precio que exigen a los migrantes. Meten más en cada embarcación, lo que abarata el coste, pero incrementa el riesgo. En los últimos dos meses la cooperación entre Francia y el Reino Unido ha llevado a la detención de 100 sospechosos de traficar con personas. También ha evitado que unas 500 hagan ese peligroso viaje.
El ambiente en el Ministerio del Interior (Home Office) es tóxico. Su responsable, la conservadora Priti Patel, acusada de acoso por parte de subordinados, acumula tantos enemigos que eso explicaría las filtraciones que se han producido estos últimos días. Distintas publicaciones han tenido acceso a ideas que se han puesto sobre la mesa. Estas son algunas de las más sorprendentes:
Financial Times. Este diario ha sido el primero en publicar los planes del Gobierno para enviar a los solicitantes de asilo lejos del país. Se ha estudiado la posibilidad de construir un centro de detención en las islas de Ascensión y en Santa Elena, territorios de ultramar británicos, en medio del océano Atlántico, a más de 6.000 kilómetros del Reino Unido.
El Ministerio del Interior además examinó, según el FT, el uso de barcos que generaran olas con el fin de forzar a que las embarcaciones volviesen a aguas francesas. Finalmente esa idea fue desechada por el riesgo de que estas volcasen.
The Guardian. Unos documentos filtrados a este periódico han revelado que el Gobierno pidió explorar la opción de enviar a los migrantes a centros de detención en Moldavia, Marruecos o Papúa Nueva Guinea.
Un documento del Ministerio de Asuntos Exteriores, al que ha tenido acceso la prensa británica, desaconseja a Downing Street procesar a los migrantes en el extranjero, un sistema parecido al de Australia, que ha sido criticado por ONGs, por Naciones Unidas e incluso por el propio Gobierno británico. De hecho, este viernes la prensa se hace eco de la guerra abierta entre Priti Patel y el Ministerio de Exteriores por culpa de los planes de asilo.
The Times. En las últimas horas este diario ha publicado que el Ejecutivo contempla instalar a los migrantes que llegan al Reino Unido en ferris en desuso. Una embarcación de este tipo de 40 años de antigüedad, con capacidad para 1.400 personas en 141 cabinas, se puede comprar en Italia por 6,5 millones de euros. Según ha confirmado una fuente del Gobierno a este periódico este es uno de los planes que más posibilidades tiene de ver la luz.
Según The Times, se ha llegado a debatir incluso la opción de llevar a los migrantes a plataformas petrolíferas desmanteladas del mar del Norte, aunque eso al final se ha descartado.
Daily Mail. Este periódico sensacionalista y más cercano al Gobierno de Boris Johnson por el apoyo que le brinda y por su discurso sobre la inmigración, amplía las opciones a la posible creación de centros de detención en el mismo Reino Unido: en la isla de Wight, la de Man o las Shetland.
La líder escocesa, Nicola Sturgeon, ha mostrado su indignación por ello en un tuit: “Cualquier propuesta que contemple tratar a seres humanos como ganado se encontrará con mi más dura oposición”.
El responsable de Interior del Partido Laborista, Nick Thomas-Symonds, ha respondido también en Twitter: “Este es un ejemplo malvado del ambiente degradado que han creado los conservadores”.
Un portavoz de la oficina del Primer Ministro ha confirmado en las últimas horas que el Gobierno está planeando reforzar su política de migración ilegal y políticas de asilo. En este momento está analizando lo que hacen otros países para preparar un plan con el que hacer frente a este reto.
Según la prensa británica, también ha pedido asesoramiento al polémico ex Primer Ministro australiano, Tony Abbott, y además está muy pendiente de la opinión pública. De hecho, según una encuesta de YouGov, un 40 % de los consultados (frente a un 35 %) aprueba enviar a los demandantes de asilo al otro lado del planeta.