La imagen indigna y sobrecoge. Mientras la mitad del mundo desarrollado hace dieta para bajar de peso, en Puerto Carreño, Colombia, los niños indígenas tratan de sobrevivir entre moscas y bolsas de basura. Rebuscan restos de comida para no morir de hambre.
El vídeo ha sido difundido una televisión colombiana para denunciar la grave crisis humanitaria que sufren las comunidades indígenas del país. El 30 % de ellas viven en la extrema pobreza ante la mirada de una sociedad que los discrimina.
El Gobierno asegura tener un plan de ayuda a largo plazo que nunca llega y que año tras año arrincona a los indígenas colombianos. Este basurero es la única fuente de suministros para las 700 personas de etnia amorúa que viven literalmente al pie de una montaña de desechos y de enfermedades.
Las familias enteras, niños y adultos buscan ropa, zapatos o cualquier cosa que puedan considerar de utilidad, una realidad que ha conmocionado a todo el país. El hambre y la miseria no es la única amenaza para la población infantil en esta zona de Colombia, donde muchos jóvenes corren el riesgo de ser reclutados por los grupos armados ilegales que viven de la violencia.