El número de muertos a causa del deslizamiento de tierras registrado el viernes en un pueblo ubicado en el estado birmano de Mon, en el sur del país, ha ascendido a 52, según han confirmado las autoridades locales. En las primeras cifras se reflejaban 33. Los equipos de rescate continúan trabajando en la zona para intentar localizar a desaparecidos por el suceso en Mottama, en medio de unas fuertes lluvias que siguen azotando la zona.
Zaw Moe Aung, director administrativo del municipio de Paung, ha detallado que el deslizamiento de tierras ha sepultado 25 viviendas, tal y como ha recogido el diario local 'The Irrawady. Las autoridades calculan que en la zona afectada vivían cien personas en el momento del suceso, por lo que han apuntado que cerca de 40 permanecen aún desaparecidas.
"Esta era mi casa. Ahora, todo se ha ido. No me queda nada", ha lamentado en declaraciones a la agencia de noticias Nyo Nyo Win, que ha perdido a nueve miembros de su familia en esta tragedia, entre ellos su hijo y su padre.
Esta mujer ha explicado que la gente comenzó a refugiarse en sus viviendas cuando comenzaron a caer los postes de luz de la calle, por el temor a quedar electrocutados. Sin embargo, "todas las personas que entraron en casa quedaron sepultadas, incluido mi padre y ocho niños", ha contado esta superviviente. "Todo pasó muy rápido, en solo unos segudos", ha añadido.
Phyo Ko Ko Oo, de 35 años, oyó primero "un 'boom'" y, después, ya estaba "bajo el barro". Él sobrevivió, al igual que Chan Aye, que se vio arrastrado al río junto a su mujer y su hijo: "Los abracé y nos llevó el alud". Al menos 12.000 personas han tenido que abandonar sus hogares por el temporal, que seguirá en principio varios días más, según un recuento de Naciones Unidas.