Miles de esrilanqueses marcharon este martes a un templo en el sur del país para hacerse de forma gratuita con un brebaje que promete curar el coronavirus, una poción que ha ganado notoriedad en Sri Lanka tras ser ingerida por el ministro de Salud, Pavithra Wanniarachchi, durante un evento.
En un país en el que la pandemia ha dejado por el momento más de 28.000 casos positivos y 140 muertes, según datos gubernamentales, la desinformación ha empujado a muchos habitantes a consumir supuestos remedios herbales.
"Fui con mis amigos para tomar la medicina, tenemos hierbas poderosas que pueden curar cualquier cosa y (el brebaje) está hecho con estos ingredientes", dijo a Efe el estudiante universitario P. Sumuda.
"Está hecho con hierbas, ¿así que qué daño puede hacer?", se preguntó Sumuda, quien finalmente no consiguió su dosis a causa de la multitud que se congregó en el templo de Hettimulla, en la provincia de Sabaragamuwa.
La mezcla otorga inmunidad de por vida contra el virus, afirmó su creador y practicante de medicina tradicional, Dhammika Bandara, que no ha hecho público sus ingredientes.
Bandara ha encontrado en la televisión y las redes sociales el aliado perfecto para promocionar su producto, popular entre los habitantes de la zona, que dio el salto definitivo a la fama cuando el ministro esrilanqués de Salud lo bebió durante un evento televisado.
Sin embargo, la masiva concentración de personas deseosas de hacerse con el brebaje y la ausencia de una base científica han desatado dudas en el país.
El portavoz de la Asociación Gubernamental de Médicos (GMOA), el doctor Samantha Ananda, afirmó que el Gobierno ha formado un comité de expertos para estudiar el producto.
"La nueva medicina tradicional ha aparecido con evidencia científica limitada. No se han seguido los protocolos establecidos a diferencia de lo que sí ocurre con las vacunas occidentales, así que no tenemos una respuesta científica sobre si funciona o no", dijo Ananda. El GMOA, por otra parte, mostró su preocupación ante las autoridades locales por la aglomeración de personas en el templo.
Sri Lanka, como muchos otros países, se enfrenta al desafío de controlar el avance de la pandemia y asegurar la distribución de vacunas, especialmente la candidata de Pfizer que requiere congeladores ultrafríos con temperaturas de 70 grados bajo cero.
Por eso, Ananda llamó a sus conciudadanos a respetar las reglas de distanciamiento social y a portar mascarillas, la protección más afectiva por ahora contra el virus.