El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha asegurado este martes que no invocará la Vigésimo Quinta enmienda para sacar al presidente, Donald Trump, de la Casa Blanca, y ha criticado los "juegos políticos" de los demócratas para presionarle a hacerlo.
La negativa se produce apenas unas horas antes de que la Cámara de Representantes se prepare para votar una resolución que solicitará formalmente a Pence que invoque esta enmienda. El lunes, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, anunció que en caso de que el vicepresidente se negase, se celebraría un juicio político contra Trump, el segundo al que se enfrentaría en menos de dos años.
En una carta dirigida a Pelosi, Pence ha explicado, que "a ocho días" de la investidura de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, esta medida no es lo mejor para el país y ha cuestionado incluso que sea compatible con la Constitución.
Pence ha subrayado que de igual forma que no cedió a "presiones política" para ir más allá de su "autoridad constitucional" durante la ratificación de los resultados electorales, ahora tampoco cederá ante los "juegos políticos" de la Cámara de Representantes "en un momento tan serio" para Estados Unidos.
El vicepresidente ha asegurado que si accede a este petición se "sentaría un precedente terrible" y ha pedido a Pelosi y al resto del Congreso "bajar la temperatura" y unir a Estados Unidos de cara a la toma de posesión del presidente electo, Joe Biden, el 20 de enero.
Algunos demócratas han criticado esta estrategia del partido, según revela la CNN, pues consideraban muy difícil la posibilidad de que Pence accediera a ella, por lo que se habría desperdiciado un día más para avanzar en el juicio político contra Trump, en un momento en el que defienden su salida antes de la toma de posesión de Biden.
Los principales líderes militares de Estados Unidos han emitido una declaración condenando los actos de "sedición" e "insurrección" que se dieron durante el asalto la semana pasada del Capitolio, en Washington, y han reafirmado su apoyo a los resultados electorales que certificaron el triunfo del presidente electo, Joe Biden.
"Fuimos testigos de acciones dentro del edificio del Capitolio que fueron incompatibles con el Estado de derecho. Los derechos de libertad de expresión y reunión no le dan a nadie el derecho a recurrir a la violencia, la sedición y la insurrección", expresa en un comunicado el Estado Mayor Conjunto del Ejército.
"Como miembros del servicio, debemos encarnar los valores e ideales de la nación. Apoyamos y defendemos la Constitución", dice el texto, firmado por el general de mayor rango del Ejército de Estados Unidos, Mark Milley.
La declaración también ha hecho referencia a la próxima toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, quien se convertirá con ello, subraya, en el nuevo "comandante en jefe" de Estados Unidos.
A su vez, y ante la inminente investidura de Biden el próximo día 20 de enero en Washington, el Ejército trabaja de manera conjunta con el Servicio Secreto para determinar si hay episodios de "extremismo" entre los efectivos de la Guardia Nacional que velarán por la seguridad del próximo presidente de Estados.
"No hay lugar para el extremismo en el Ejército e investigaremos cada informe individualmente y tomaremos las medidas adecuadas", ha señalado una fuente de la Guardia Nacional a la que ha tenido acceso la cadena estadounidense CNN.