La élite del Partido Demócrata, las grandes estrellas de Hollywood y grandes empresarios progresistas dirigen un círculo secreto en el que violan y se comen a inocentes niños estadounidenses, y todo silenciado por miembros infiltrados en las altas instituciones del país y los grandes medios de comunicación. Esta es la última gran teoría de la conspiración que se extiende por las redes. Un rocambolesco disparate detrás del cual se esconde 'QAnon', un peligroso movimiento que Trump se niega a condenar y que muy pronto se sentará en el Congreso de Estados Unidos. ¿Pero qué es exactamente 'QAnon'?
La cultura de la conspiración ha existido siempre, pero con el nacimiento de Internet y las redes sociales la 'conspiranoia' vive en nuestro tiempo su edad de oro. Las mentiras de la conspiración se alimentan de las ansias de creer de los menos informados y han encontrado en la red un altavoz que ha catapultado sus mensajes de los reductos sociales más oscuros a la población convencional.
La última de estas grandes teorías es 'QAnon', que en los últimos tiempos se ha convertido en un contenedor de todo tipo de disparates en defensa de Trump y en contra del Partido Demócrata y la progresía estadounidense.
'QAnon' nace, como no podía ser de otra manera, en '4chan' y '8chan', dos gigantescos foros de Internet en los que lo más destacable es que no existe ni moderación ni censura y sus usuarios participan de forma anónima. Esos dos foros, al igual que ocurre en España con Forocoches, no son intrínsecamente malos. Sin embargo, a diferencia de otras grandes webs de debate como Reddit, o redes sociales como Facebook o Twitter, en '4chan' se puede decir lo que te dé la gana sin miedo a que sea censurado.
Muchos de los grupos expulsados de los foros y redes más convencionales han encontrado su hogar en '4chan'. En su interior puedes encontrar, sin proponértelo demasiado, grupos de extrema derecha, machistas o negacionistas que difunden su "verdad" sin que nadie se lo prohíba. En uno de esos grupos es de donde nace 'QAnon'.
La primera vez que aparece es en 2017. Por aquél entonces, 'Q' -todavía no había adquirido el apellido- respondió a un mensaje que vaticinaba el inminente arresto de Hillary Clinton (todavía resonaban los cánticos de "Lock her up" entre los seguidores de Trump cada vez que el presidente estadounidense aparecía en público). En su primer mensaje, este supuesto alto cargo del Gobierno con información privilegiada daba más detalles de cómo sería el supuesto arresto de Clinton que nunca se produjo.
Fue su segundo y más críptico mensaje el que aceleró la rueda conspirativa. Su segundo "drop (así llaman sus seguidores a las píldoras de información que 'Q' va dejando en la red) parecía escrito en clave y disparaba a todo lo que se movía. Los expertos aseguran ahora que una de las claves del éxito de 'Q' es, precismante, ese cripticismo en sus "drops".
Descifrar los mensajes de 'Q' -además de "drops" sus seguidores los califican de "migas de pan"-, se ha convertido en una especie de juego. Hay que leer en clave y luego cruzar esas claves con la vida real, muy especialmente con los mensajes de Trump. A partir de ahí, los descifradores son capaces de adaptar cualquier locura a su narrativa.
La principal teoría que defienden los seguidores de 'QAnon' es que en Estados Unidos existe una gigantesca trama de pederastas de la que forman parte desde los Clinton a Barack Obama o George Soros (un 'sospechoso habitual' en la lista de los conspiranoicos de ultraderecha) a grandes figuras de Hollywood -o 'pedowood', como ellos dicen-.
Esa trama estaría protegida por altas instancias de la administración y por los grandes medios de comunicación, el 'Deep State' que Trump prometió "drenar" durante su campaña en 2016. Es una teoría idéntica al 'Pizzagate', que llegó a localizar el cuartel general de esa red de pederastia en los bajos de una pizzería de Washington y que a punto estuvo de acabar en tragedia.
El Pizzagate nació mucho antes que 'QAnon', pero a sus seguidores eso les da igual. Acusan a esta élite 'progre' estadounidense de cualquier barbaridad que se les ocurra, por disparatada que pueda parecer: la 'plandemia' impulsada por Bill Gates, la maldad de las vacunas, el control mental, el envenenamiento del agua potable para convertir a los niños estadounidenses en homosexuales e incluso un círculo secreto de poderosos abusa sexualmente de menores y, literalmente, se los come, para añadir la guinda del canibalismo a la pederastia.
Desde 'QAnon' se defiende a la vez que la pandemia no existe y que es todo una operación orquestada para acabar con gran parte de la población o para meternos el miedo en el cuerpo y que no seamos capaces de reaccionar cuando nos impongan el comunismo, por ejemplo.
Todo esto era marginal hasta la aparición del coronavirus en nuestras vidas. Los que aseguraban que el 'Estado Profundo' planificaba epidemias mundiales encontraron en la realidad gasolina para sus relatos. Y sus relatos acabaron convenciendo a muchos de que TODO lo que se decía en ese terrorífico cajón de sastre eran realidad.
Entre los que "han visto la verdad" (millones de usuarios de Facebook, por ejemplo), se encuentra una buena base de los votantes de Trump. En las teorías de 'QAnon', Donald Trump aparece siempre como un gran héroe que estaría a punto de tirar de la manta, llevar a cabo detenciones masivas y devolver Estados Unidos a su grandeza de la mano del Ejército.
Lo llaman el 'Despertar' o la 'Tempestad' y se refieren a ellos mismos como "red-pilled" (por analogía con los que toman la píldora roja de la película Matrix y ven cómo es realmente el mundo) frente a los "normies". Los lemas, hasta ahora restringidos a las alcantarillas de Internet, se pueden ver ahora con asiduidad en los mítines republicanos.
La última consecuencia del movimiento es el secuestro del lema "Save The Children". Cada vez más ciudades de Estados Unidos ven como cientos de personas se manifiestan por sus calles para exigir mayor protección a la infancia o penas más duras para los pederastas.
Muchos se unen a esas manifestaciones 'patriotas' que defienden lo que consideran una causa justa sin entender muy bien qué significan esas píldoras rojas, lemas de despertares y tormentas o acrónimos como WWG1WGA (acrónimo de 'donde vamos uno, vamos todos' por sus siglas en inglés) que identifican a los seguidores de 'QAnon'.
Cada vez son más los candidatos republicanos que juegan al despiste (más de 70, según Media Matters), o que abiertamente abrazan conspiraciones difundidas desde el oscuro mundo de 'QAnon'. Pero hasta ahora, ninguno de esos candidatos se había hecho con un sillón en el Congreso. La candidata republicana por Georgia Marjorie Taylor Greene se impuso a su rival el pasado 12 de agosto y a partir de este otoño será congresista. Entre otos muchos disparates (no se cree que los atentados de las Torres Gemelas fuesen un atentado islamista), Greene defiende que Obama contrató a sicarios de la mara MS-13 para asesinar al asistente Demócrata Seth Rich (su muerte está en el centro de cientos de conspiranoias).
Trump considera a Greene una futura estrella del partido, tal y como dejó escrito en un tuit tras su victoria en Georgia. Hace unos días, el presidente tuvo que responder a la pregunta de una periodista sobre el peligroso grupo que el FBI considera una grave amenaza de terrorismo interno. El presidente se limitó a decir que lo único que sabía de 'QAnon' es que les gustaba mucho y que era gente que amaba a su país.
El pasado 15 de julio, un hombre al volante de un vehículo armado fabricado por él mismo, bloqueó la carretera de la presa Hoover para exigir que el Gobierno hiciese público un informe relacionado con el exdirector del FBI James Comey (una de las grandes reivindicaciones de 'QAnon'). En el interior del coche llevaba dos rifles, dos pistolas y más de 900 balas.
Y el pasado 22 de julio, también en Arizona, la policía detuvo a un seguidor de 'QAnon' irrumpió en una cementara de CEMEX en Tucson, asegurando que era allí -y no en la famosa pizzería de Washington- donde se escondía el cuartel general del círculo de violadores-comeniños-de-izquierdas.