El caso de Patricia Aguilar dio la vuelta al mundo. Con solo 16 años, se metió en Internet, y empezó a hablar con Félix Steven Manrique, un peligroso gurú sexual y con 18 le cogió 6.000 euros a su familia y viajó de su Elche natal hasta el corazón de la selva peruana. "Convence a sus adeptas, las enamora durante la minoría de edad, de alguna manera las convence para que sean ellas las que de alguna manera den su consentimiento al objeto de salvar a la humanidad”, nos dice Carlos Bardavío, abogado experto en sectas.
Patricia fue encontrada en condiciones deplorables junto a otras dos chicas y una decena de niños, entre los que estaba el hijo que tuvo con su captor, y liberada por dos agentes de la Policía Nacional peruana que hablan por primera vez para Informativos Telecinco. "Ella al vernos, entendió que su cautiverio ya estaba próximo a terminar", apunta uno de los agentes, Cristian Jesús Barquei. Por su parte Luis Alfonso Capcha, apostilla que “la encontramos muy ida, no estaba bien alimentada, estaba muy delgada. Patricia en un primer momento estaba muy fría, se entendía que no expresaba mucha emoción, de gratitud o de sorpresa ante el rescate".
"Lo que vimos fue algo traumante para nosotros, porque ver unos niños de abandono total, raquíticos, sin prendas de vestir, en un sol de la selva, con mosquitos, se acercaban y lo primero que te pedían era si tenías comida, o si tenía algún dulce. Para nosotros como padres fue duro, encontrar a unas criaturitas en la selva".
El caso de Patricia se suma al de muchas otras víctimas de sectas. El dato es demoledor, son un 20% más en solo dos años, "ha aumentado más por cuestiones de la crisis y de la pandemia", según Carlos. Patricia Aguilar es de las pocas que han conseguido escapar, “no existe en España actualmente un delito taxativo y claro que regule la problemática de las sectas criminales, pero muchas otras personas siguen hoy en manos, de depredadores sexuales como Félix Steven Manrique.