Remes ha sido juzgado, declarado culpable de intento de asesinato y condenado a 30 años de cárcel, accediendo así los tribunales a la petición de pena de la Fiscalía y de la acusación particular. El acusado ha negado durante el juicio que quisiera matar a su expareja.
Lefranc ha narrado en el transcurso del juicio que su ex pareja sabía lo que hacía cuando le atacó y que quiso matarla. Según su propio relato, primero le arrojó ácido en la cara y después, cuando se retorcía de dolor en el resto del cuerpo. Ella sufre dolores insoportable, daños psicológicos, ha tenido que ser intervenida quirúrgicamente decenas de veces y ha perdido la vsisión de un ojo, una oreja y un dedo.