El parásito Acanthamoeba llegó al ojo de Suszanne Dunne en la ducha. El agua caliente hace que este parásito prolifere y quedó atrapado entre su lentilla y su ojo. Al no poder salir, el parásito atacó y devoró su córnea dejándola ciega.
Al principio esta enfermera de Dublín no notó nada y se fue a la cama. Cuatro horas después se despertó y no veía más que negro. Se asustó y su marido llamó a una ambulancia.
En el hospital, los médicos le explicaron que todo se debió al parásito Acanthamoeba y cómo este actuaba. Dunne estuvo hospitalizada 16 días. Para advertir a otros de lo sucedido ha contado su terrible experiencia en el diario DublinLive: “Tuvieron que ponerme un blanqueador en el ojo y me dijeron que contara hasta 10, que el dolor era tanto que he tenido que tomar morfina. El dolor fue como un cuchillo caliente ardiente a través de mi ojo".
Los médicos lograron limpiar los nervios del ojo y creen que su ceguera no será irreversible.