El papa Francisco ofició la tradicional misa del Corpus Christi en la basílica de San Juan de Letrán de Roma. Pero a diferencia de lo que viene ocurriendo hasta ahora, tras la Eucaristía el Pontífice no recorrió a pie los dos kilómetros que separan esta basílica de Santa María la Mayor. Bergoglio, de 77 años, prefirió hacer el trayecto en coche. Su ausencia de la tradicional procesión ha hecho saltar las alarmas sobre su estado de salud. El Vaticano asegura que no hay razón para alarmarse; tan sólo sufre problemas de espalda y no quería cansarse en exceso.